La final de la Copa del Rey fue un monólogo del Barça, que no dio tregua ni opciones al Abanca Ademar León y confirmó por duodécima vez consecutiva su dominio absoluto en esta competición. El resultado final, 34-25, refleja una superioridad que fue evidente desde el pitido inicial y que dejó a los leoneses sin capacidad de reacción durante todo el partido.
Un Barça intratable desde el inicio
El conjunto azulgrana salió con la intensidad y concentración que se esperaba de un equipo acostumbrado a ganar grandes títulos. La defensa sólida y la portería de Emil Nielsen, que realizó paradas decisivas, fueron la base para que el Barça construyera una ventaja que crecía minuto a minuto. La primera mitad terminó con un contundente 22-12, una brecha que ya anticipaba el desenlace.
El equipo de León, que llegaba a la final tras una épica semifinal ante Bidasoa-Irun, mostró coraje y ganas, pero su desgaste físico y la calidad superior del Barça marcaron la diferencia. Intentaron buscar soluciones en ataque, especialmente por el lateral izquierdo con jugadores como Lindqvist y Sergio Sánchez, pero la defensa catalana y la rapidez en el contraataque les impidieron meterse en el partido.
Figuras destacadas y momentos clave
Aitor Ariño fue nombrado MVP de la final gracias a su brillante actuación ofensiva y defensiva, mientras que jugadores como Dika Mem, Aleix Gómez y Luis Frade aportaron goles y dinamismo constante. Por parte del Ademar, a pesar de la derrota, el esfuerzo fue notable, con momentos de buen juego pero insuficientes para frenar la maquinaria azulgrana.
Un título más para la leyenda azulgrana
Con esta victoria, el Barça suma su duodécimo título consecutivo de la Copa del Rey y el vigésimo noveno en total, consolidando su hegemonía en el balonmano nacional. Ahora, el equipo dirigido por Antonio Carlos Ortega pone la mirada en la próxima Final Four de la Liga de Campeones, donde buscará trasladar esta superioridad al escenario europeo.
