Pocas veces se ven cosas así. Anoche, es un partido partido atrasado de la jornada 21, el Atlético de Madrid recibió al Levante en el Wanda Metropolitano. El vigente campeón, en su casa, frente al actual colista, equipo que tan solo había logrado una victoria en lo que va de temporada. Inexplicablemente, fue el Levante quien se llevó la victoria.
Con apenas un tiro a puerta en los 90 minutos, los del Cholo no pudieron hacer frente al tanto de Gonzalo Melero en el minuto 54. Un gol en el que, si bien Oblak puede hacer mucho más, el mediocampista español se queda prácticamente solo y con tiempo para chutar a bocajarro ante la portería rojiblanca. Pocos minutos después se revisaría un potencial penalti en el área del Levante por una mano, pero finalmente no se concedería.
Poco ocurrió durante el partido hasta que, en la recta final, casi ocurren tres auténticas locuras. Ya en el minuto 95 (+7), Ángel Correa logró el tanto del empate con una chilena, pero sería anulado por una falta previa. En la siguiente jugada, Mikel Malsa, mediocampista del Levante, intentó un tiro impresionante desde muy larga distancia que se estrelló en el larguero. Y en la última jugada del encuentro, una falta lejana a favor del Atleti, Oblak logró cabecear el centro al área y el balón se marchó sorprendentemente cerca del poste. Un final de infarto.
El Atleti desaprovecha así la oportunidad de adelantar al Barcelona en la clasificación y, con un partido más que los culés, mantienen la quinta plaza.