Para este 2017 que está acabando, la Sociedad Americana Contra el Cáncer (EE.UU.) estimó que se diagnosticarían alrededor de 222.000 nuevos casos de cáncer de pulmón, el segundo más común en hombres y mujeres, de los que un 75% serían mortales. Tras esas cifras se esconden caras, historias y sufrimiento en caso fatídico o la inmensa alegría de una recuperación posible pero difícil. Ésta es una de esas historias.
Ésta no es una historia triste, ni el final es trágico. Ésta es la historia de Neto, la historia de un hombre de 36 años, de cómo puede cambiar la vida en menos de un año, de cómo se puede viajar del cielo al infierno y volver de nuevo a saborear el éxito. Pero, ¿quién es Neto?
Dovenir Domingues Neto, nacido en Uberlandia el cinco de septiembre de 1981, ha sido (y sigue siendo) uno de los mejores jugadores brasileños de esta época. En España jugó durante seis temporadas en Interviú Boomerang (actual Movistar Inter) aunque la mayor parte de su carrera la ha llevado en Brasil, donde ha participado en Atlético Mineiro, Santos, Joinville, Corinthians…
En España se le recordará siempre por el gol que anotó con Brasil – el cierre zurdo acumula 165 internacionalidades – en la prórroga del Mundial de Tailandia en 2012, a 11 segundos del final, y que privaba a La Roja de su tercer entorchado. En 2016 dio el salto a Kazajistán, para jugar en el poderoso Kairat Almaty, que buscaba conquistar una nueva UEFA Futsal Cup –sería la tercera, convirtiéndose así en el segundo de la historia tras Inter, precisamente – que se le resiste al equipo kazajo desde 2015.
2017, un año aciago
Pero 2017 comenzaría de la peor forma para Neto. En febrero, tras sentir unas convulsiones en un entrenamiento con Kairat, le diagnosticaron un tumor cerebral. El que fuese nombrado mejor jugador del mundo en ese 2012 de infausto recuerdo para los intereses españoles, volvió a su país, donde fueron confirmadas las peores noticias. Literalmente, pasó de un día para otro a vivir la incertidumbre no ya de si podría continuar jugando al fútbol sala de élite, sino incluso a temer por su vida.
De vuelta en Brasil, y tras ser intervenido a cirugía para que extirparan dicho tumor, los médicos descubrieron en los reconocimientos posteriores otro nódulo cancerígeno, esta vez en el pulmón. Cuando todo parecía que estaba superado, un nuevo contratiempo. Pero Neto no se dejaba llevar por el pesimismo. Viajó a casa, se rodeó de familiares y amigos, y advirtió que volvería a las pistas.
Contra todo pronóstico, solo seis meses después, el futbolista cumplía su “amenaza”. Nada menos que al Magnus Sorocaba Futsal de Falcão por invitación expresa de ‘O Rei’, amigo íntimo desde casi dos décadas.
Retorno triunfal
Con esfuerzo y entrenamientos volvió a encontrar su espacio. En poco tiempo se convirtió en pieza clave para el esquema de Fernando Ferretti. El pasado domingo, el jugador participó en la final del torneo estadual, la Liga Paulista. Anotó el primer gol y conquistó el título con su equipo. En apenas diez meses, pasó de recibir la noticia de los dos tumores detectados, a conquistar la liga de su país, siendo protagonista.
“No lo enfrenté como una redención”, reconoció después del partido. “Mi victoria fue más allá. Cuando regresé me pude sentir jugador de nuevo. Agradezco a Dios por haberme situado en este lugar. No sé si soy merecedor o si Él quería ponerme en estas situaciones para dar valor a las cosas. En toda mi carrera, en todos mis clubes, pude ser campeón. Ese llanto es por los diez meses que han quedado atrás, es el mismo llanto por estar seguro de que puedo sonreír y dar un paso más en mi carrera. Nunca disfruté jugando al futsal, y sin embargo ahora puedo hacerlo”.
Un título cargado de épica y polémica
Como si haber superado su enfermedad no fuese motivo suficiente para Neto, la liga tuvo que llegar de forma épica: tras caer en el pabellón São Jorge por 3-2, Sorocaba debía remontar en el segundo encuentro en casa. El 5-1 al final del tiempo reglamentario (no existe la norma del valor doble de los goles en campo contrario) les permitió jugar un tiempo extra lleno de polémica: perdiendo 0-1 en la primera parte y el cronómetro televisivo claramente a cero – nadie ha conseguido aclarar si en el pabellón el crono también se había detenido – Magnus anotaba el empate por mediación de Leandro Lino. Con el empate, en la segunda parte los de Ferretti terminarían imponiéndose por 4-2. Sea como fuese, el equipo sorocabano conquistaba su segundo estadual, tras el alzado en 2014. Se alzaba así un título emotivo, aunque secundario, para Neto.
“Mi título más importante fue hace unos meses. Eso nadie me lo quitará. En enero no sabía si podría volver a abrazar de nuevo a mi hija. Todo el miedo que pasé con la cirugía se transformó en fuerza. Mi propósito es mayor que jugar. Eso pasa a un segundo plano. Estoy aquí para transmitir un mensaje de que todo es posible. La cura está en la gente”.
Tras el título estadual, Sorocaba puede conseguir el segundo título. Primero debe superar con su equipo los cuartos de final ante Assoeva en la LNF (el campeonato nacional). No importa si consigue el trofeo o no, porque Neto ya ha conseguido poco antes el mayor título de todos: proseguir con su vida.
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