El gran clásico del tenis entre Roger Federer y Rafael Nadal vivirá mañana un nuevo capítulo en la final del torneo de Miami, el lugar donde comenzó la histórica rivalidad entre el suizo y el español.
Federer derrotó en la noche de viernes al australiano Nick Kyrgios por 7-6 (11-9), 6-7 (9-11) y 7-6 (7-5) en tres horas y diez minutos de batalla, mientras que Nadal superó su semifinal ante el italiano Fabio Fognini por la vía rápida con un 6-1 y 7-5.
El de mañana será el duelo número 37 entre las dos leyendas de la raqueta. El primero fue en la tercera ronda de Miami 2004, en la que se impuso Nadal por 6-3 y 6-3.
Los dos ex números uno, que acumulan 32 títulos de Grand Slam entre ambos, arrancaron la temporada 2017 entre interrogantes. Pero el de mañana será su tercer choque del año tras la final del Abierto de Australia y los octavos de Indian Wells. En ambas ocasiones se impuso Federer, que incluso aplastó a Nadal en el Masters 1000 californiano.
«Parecen los viejos tiempos, jugando entre nosotros cada fin de semana«, dijo Federer, de 35 años, tras superar a Kyrgios en un duelo lleno de drama. «Voy a intentar hacer un tenis creativo y atacar con mis golpes».
El choque de mañana, donde el ganador será el nuevo número cuatro de mundo, será además una reedición de la primera final entre ambos, también en Miami. Fue en 2005 y Federer se impuso en cinco sets.
«Con Roger hemos jugado tantas veces que no me da nostalgia la final de 2005», expresó el español, que comanda el cara a cara por 23-13. «Pero puede ser una de las últimas entre nosotros. No quedan muchas, así que hay que disfrutarlas».
Federer tuvo dos pelotas de partido ante Kyrgios en el tie break del segundo set, pero el australiano las salvó y alargó el drama hasta la tercera manga. El suizo y el «aussie» disputaron hasta el momento seis sets y todos ellos se decidieron en la muerte súbita.
Kyrgios disfrutó después de un 5-4 en el tie break final con los dos servicios siguientes a su favor. Desperdició la ocasión y Federer ya no perdonó.
Tras la derrota, uno de los mejores partidos de tenis en lo que va de temporada, Kyrgios destrozó una nueva raqueta. «No esperaba menos de un encuentro así. Tuve oportunidades suficientes y creo que lo tuve en mis manos», lamentó la joven perla del tenis, de 21 años
«Mi juego está ahí, pero tengo que seguir trabajando en la parte mental. Soy el número 16 del mundo, todavía hay 15 mejores que yo», agregó Kyrgios, abucheado en varias ocasiones por los hinchas en Crandon Park. «El público estaba obviamente del lado de Roger. Creo que todavía tengo que ganar algunos partidos más para poder ganarme eso».
Nadal, de 30 años, sufrió mucho menos ante un Fognini que entró totalmente desconectado al partido. El español mostró un juego muy contundente en el set inicial y aprovechó los numerosos errores de Fognini para quedarse con el parcial en apenas 25 minutos. «He jugado un buen primer set, pero es evidente que él cometió errores. Fognini es un jugador que no te da ritmo. Hace una genialidad y luego comete un error. No sabes cómo jugarle», explicó Nadal, que elevó a 8-3 el historial sobre el italiano.
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En el segundo set, Fognini levantó su nivel, propuso un juego más ofensivo y emparejó el desarrollo. A pesar de ello, la iniciativa siempre le perteneció a Nadal, que quebró en el undécimo juego para tomar una ventaja decisiva. «No fue mi mejor segundo set, aunque lo lógico hubiera sido ganar 6-3 o 6-4 en lugar de 7-5», remarcó el vencedor.
Fognini pagó caro su irregularidad y prueba de ello fue ese quiebre: con el juego 30-30 tiró un drop que se le fue ancho y luego cometió una doble falta que le costó el game.
En el siguiente, el ganador de 14 títulos de Grand Slam cerró en cero para quedarse con el pasaje a la quinta final en el torneo. El español perdió las cuatro anteriores.
«Ganar aquí sería algo grande, un título importante que nunca gané. Pero para ser honesto, ganar o perder no va a cambiar mi carrera», expresó Nadal, a las puertas del que sería su trofeo número 70.
Será su tercera final de la temporada después de las que perdió ante Federer en Australia y ante el estadounidense Sam Querrey en el torneo de Acapulco. El torneo de Miami es el segundo Masters 1000 de la temporada tenística, se juega sobre superficie dura y reparte puntos y casi siete millones de dólares en premios.