Luchando contra todo y todos. El Greuther Fürth está disputando su segunda temporada en la élite del fútbol alemán y, en esta ocasión, Stefan Leitl y los suyos opositan a ser, con permiso de Tasmania Berlin o Schalke 04, el peor equipo de la historia de la Bundesliga. En lo que va de competición, el equipo bávaro solo ha podido sumar un punto y, desde aquello, han pasado ya tres meses. Desde entonces, el conjunto del trébol ha dado muy malas sensaciones y, antes de ese empate, incluso había sido eliminado en DFB Pokal por un equipo de Regionalliga ante el que tuvieron que forzar la prórroga. Todo un despropósito y, aún así, la figura del entrenador no se toca.
Lo de Leitl sorprende y, a la vez, se entiende. En otra circunstancia, contexto o país, el técnico del Fürth hubiera acabado ya en el paro hace tiempo, pero es Alemania, el lugar donde Christian Streich cumplirá, en unos días, la década al frente del banquillo del SC Freiburg. En Bundesliga y en el fútbol alemán en general, prima la confianza y la paciencia. Leitl devolvió al equipo a la élite, algo que no habían conseguido otros. Sin embargo, al equipo le cuesta competir y rara vez ha estado cerca de sacar algo positivo. Quizás, el día del Hertha BSC, en el que se adelantó en el marcador y finalmente perdió, o en el duelo de recién ascendidos frente al Bochum, en el que perdieron por la mínima y pudieron hacer más.
No les sale nada. El único día que merecieron la victoria, siendo claramente superiores al rival, fue el día del empate. Pero claro, ese partido fue contra Arminia Bielefeld, un club que ha empatado la mitad de los encuentros que ha disputado en la actual liga y que sumó su primera victoria el 6 de noviembre, frente a un Stuttgart que anda de capa caída. Pero el Arminia no es el protagonista de esta historia, sino el Greuther Fürth y la sombra lleva tiempo tiñendo el ambiente allá por donde el equipo pasa. Y eso que la campaña pasada acabaron como una moto, ascendiendo en segunda posición, tras un inicio algo dudoso. Pero como bien se sabe y se dice en estos casos, nadie asciende o desciende a mitad de temporada, pero menos aún al inicio de la misma.
Analizando la plantilla actual del Fürth te das cuenta de muchas cosas. Está hecha con retales. Hay algunos jugadores que tuvieron la oportunidad de pertenecer a algunos de los grandes, pero la realidad les superó. El ejemplo claro ahí es el de Julian Green. El estadounidense tiene aún 26 años y parece que fue hace una eternidad cuando Pep Guardiola le hizo debutar con el primer equipo en Champions, en Moscú. Los informes hablaban muy bien de él y, en Múnich, había depositadas muchas esperanzas por ese chaval que había aterrizado en el club para jugar con el Sub-17 y en menos de cuatro años, llegó al primer equipo. Pero las expectativas fueron un fracaso, ya que solo jugó cuatro ratos y luego marchó. Luego, su paso por Stuttgart y Fürth enderezó algo el camino, pero siempre a un nivel más bajo del que se esperaba. Otros ex del Bayern como Adrian Fein y Timothy Tillman comparten vestuario con él esta temporada.
Green no es el único. El capitán, Branimir Hrgota, pasó por Mönchengladbach y Eintracht Frankfurt, pero de todos los años que estuvo solo en uno se sintió importante. En los demás, puro relleno. También está Paul Seguin, un canterano del Wolfsburg que tuvo que luchar contra Maximilian Arnold por un hueco en la plantilla de los Lobos y, obviamente, salió perdiendo. Seguin y Green tienen la misma edad, 26 años, y tuvieron la misma mala suerte. Simon Asta, del FC Augsburg y los neerlandeses Justin Hoogma o Jetro Willems, de Hoffenheim y Eintracht Frankfurt respectivamente, son otros jugadores con poco protagonismo en otros clubes que acabaron aterrizando en el tercer equipo bávaro de la competición. No obstante, también hay algunos brotes verdes en la plantilla actual. Jamie Leweling, una de las grandes promesas del fútbol germano, internacional Sub-21, lleva dos años compitiendo en el primer equipo, siendo de los mejores. En caso del más que probable descenso, verlo allí un año más se antoja algo complicado pero, mientras el equipo compita y él esté, será de los que suban el nivel, no de los que resten.
Y así, estando en noviembre aún, se habla de fracaso. Las sensaciones mandan y, en el Greuther Fürth, todas son malas. Solo el premio al técnico por el ascenso y la figura de Leweling dejan pasar algún rayo de sol en una campaña más bien nublada y triste. Para hacerse a la idea, a estas alturas de la temporada, en 1965, el Tasmania Berlin, considerado el peor de la historia de la Bundesliga a día de hoy, tenía tres puntos en la tabla, en una época en la que ganar significaba sumar dos y no tres puntos. Eran otros tiempos y, en esta ocasión, el final puede ser más dramático.
Imagen de cabecera: Greuther Fürth
Puerto de la Cruz (Tenerife), 1983. Bloguero en fase de evolución. Amante del fútbol global, blanquiazul de corazón y rossonero por aficción a este señor deporte. Conocido en el mundillo como "Humilde Aficionado". El balón, nuestro mejor amigo.
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