Recuerdo perfectamente la primera vez que vi correr a Andrea Dovizioso. Fue en la temporada 2004 en el mítico circuito de Phakisa, en Welkom (Sudáfrica), que por aquel entonces inauguraba el Campeonato del Mundo. Yo empezaba a ver las carreras, con apenas diez años, después de enamorarme de este deporte viendo algún gran premio suelto la temporada anterior, y aguardaba el inicio de la nueva campaña con la ilusión de un niño. Lo que era, vaya.
Y como se trataba de la primera temporada completa que iba a seguir con cierta racionalidad -la poca que puede tener un chaval de diez años- me había documentado para la ocasión, dejando ya de manifiesto las dotes periodísticas que muestra servidor hoy en día. Como diría Florentino, “ha nacido”. Los niños del siglo XXI no sabrán lo que es buscar información sin internet, pero para conocer un poco a los pilotos tiré del videojuego oficial de MotoGP de esa temporada y algún recorte de periódico que encontré por casa.
Llegaba, además, el mejor momento de aficionarte a cualquier deporte: elegir a tus favoritos. Bien sea en un deporte de equipo, donde los frikis del deporte analizamos milimétricamente cada conjunto hasta dar con el que más nos identifiquemos; como en deportes individuales, donde todavía me parece más complicado. Recuerdo aquella época porque emitían las carreras en abierto y no tenías que pagar 17 plataformas y 135€ mensuales para ver todos los deportes. Qué tiempos. Recuerdo levantarme a las 10 de la mañana un domingo para ver la previa, por supuesto, y comenzar a las 11:00 con la carrera de 125cc. Era la primera del año, y la primera de las tres categorías por lo que hice un esfuerzo especial para elegir piloto favorito.
Y lo tenía todo de cara para escoger a Andrea Dovizioso, no nos vamos a engañar. En primer lugar, porque era italiano y como mi ídolo, la razón por la que me enamoré de este deporte y el póster gigante de mi cuarto se llama Valentino Rossi, mi yo de diez años creía que como son italianos, tendrían que ser amigos. Y claro, un amigo de mi amigo se convierte automáticamente en mi amigo. También, la Honda amarilla de Dovi era una moto preciosa y en el videojuego oficial era la más rápida, y ya sabemos que a un niño le gustan muchas cosas, pero sobre todo ganar. Así que iba con el ‘34’ que, de hecho, ganó aquella carrera.
Con el tiempo se convirtió en el Campeón del Mundo aquella temporada, dio el salto a la categoría intermedia donde logró dos subcampeonatos y, finalmente, en la categoría reina ha tenido una trayectoria envidiable entre Honda, Yamaha y, especialmente, Ducati; donde ha sido segundo del Mundial en tres ocasiones y, de no haber coincidido con un monstruo de época como Marc Márquez, habría sido Campeón del Mundo con la marca italiana. Estoy convencido. Y gran parte del éxito actual de Ducati, sin duda, se lo tienen que apuntar a Dovi.
Me ha costado asimilar que no volveremos a ver a Andrea Dovizioso en el Mundial tras la carrera de Misano. Si bien es cierto que su figura se ha visto un poco distorsionada en las dos últimas temporadas, considero que es uno de los mejores de la historia reciente de MotoGP y, para los que hemos crecido en el siglo XXI, es un referente. Además de uno de los más infravalorados.
Recuerdo con muchísima ilusión aquel año 2004. Como aficionado del Barça, fichamos a Ronaldinho y recuperamos la sonrisa. Como fan incondicional de Harry Potter, se estrenó El Prisionero de Azkaban, mi peli favorita de la saga y la que tiene la escena que más me fascina -de unos 50 minutos- comprendida entre que Harry, Ron y Hermione bajan por las escaleras para salvar a la mascota de Hagrid hasta que regresan a la enfermería después de haberlo logrado gracias a ser avisados por ellos mismos, en una realidad paralela, utilizando el giratiempo. Un 10 de escena. Por no hablar del otro Dobi, un elfo doméstico que tan solo quiere ser un elfo libre, mi personaje favorito de la saga. Y el primer Mundial de Rossi con Yamaha, por supuesto.
Tenía diez años y todo lo vives con la ilusión de un niño, además del efecto nostálgico que supone para un rossista recordar Welkom 2004. Tal vez por eso le tengo un cariño especial a Dovi y es uno de mis pilotos favoritos. Ahora se retira y seguro que disfruta más que luchando con la Yamaha actual en la cola del grupo. Ahora, Dovi, eres un piloto libre.
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