“Tendré que buscar dónde está Getafe en el mapa”. Beckenbauer no tenía ni idea de la localización de la ciudad del sur de Madrid, pese a la increíble UEFA que los getafenses estaban realizando en el curso 07/08. Tras superar al Twente en la fase previa, el conjunto de Abbondanzieri, De la Red, Contra o Casquero comenzó a hacer soñar a la afición de una pequeña localidad de la comunidad de Madrid. El mejunje del sorteo dejaba un potaje de equipos muy complicados por diversos factores. El Getafe tenía que vencer al poso y la historia del Tottenham, a la complejidad del Hapoel Tel-Aviv, a la dureza de un viaje al norte de Europa ante el Aalborg y a la calidad belga del Anderlecht.
Aquellas fases estaban compuestas por cinco conjuntos en cada grupo en el que cada equipo jugaba solo cuatro encuentros. La suerte decidía en el estadio que jugaba cada uno, ya que los equipos solo se enfrentaban una vez entre sí. Podías ir a Londres, pero el Tottenham no iba a ir al Coliseum. Necesitabas una pizca de fortuna desde el sorteo. Su gran fase de grupos -sumaron 9 puntos de 15 posibles- llevó al cuadro de Laudrup a ser primero de grupo y evitar a conjuntos que caían de la Champions League. Ante el AEK superó el infierno griego y viajó a octavos, para chocar ante un histórico Benfica. Sin embargo, los azulones, dispuestos a crear recuerdos para el balompié español, vencieron a los lisboetas en ambos partidos para colarse entre los ocho mejores del torneo.
En cuartos de final esperaba el Bayern de Múnich. Los muniqueses estaban empezando a forjar un equipo que iba a acabar ganando la Champions años más tarde. Pero no había problema. Cosmin Contra consiguió marcar en la portería de Oliver Kahn y se llevó un meritorio 1-1 del Allianz Arena a la ciudad desconocida. En el Coliseum, la expulsión de Rubén de la Red a los cinco minutos complicaba todo. Eso no les detuvo. De hecho, estuvieron cerca de clasificarse en el tiempo reglamentario. Los de Laudrup, que marcaron al inicio del choque, recibieron un tanto de Ribery en el último instante que llevaba el choque a la prórroga. En el tiempo extra el Getafe, heroicamente, se puso 3-1 gracias a los tantos de Casquero y Braulio. Celebraban. Saltaban. Pero no estaba todo dicho. Luca Toni, en cuestión de cinco minutos, marcó un doblete para noquear a los locales. “Nunca había sufrido tanto en mi vida”, aseguró Kahn. En Múnich, ya no se les olvidaría Getafe. Y el Getafe ya sabía que había hecho algo para el recuerdo.
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