Dominic Calvert-Lewin ha hecho algo que parece normal, pero que no es tan fácil: hablar sobre sus miedos en los últimos meses. El delantero inglés, que no ha tenido la mejor de sus temporadas, ha sufrido por las constantes lesiones que le han mantenido lejos del terreno de juego. Lo que más le gusta. «Una cosa que aprendí esta temporada es que todos, en cualquier ámbito de la vida, están peleando batallas de las que los demás no saben nada, y no hay vergüenza en encontrar a alguien con quien hablar. A todos los jóvenes que intentan esconder sus emociones les aconsejo que hablen, con un amigo, familiar o alguien que los escuche. A mí hablar me salvó la vida. Te hará darte cuenta de que las cosas nunca son tan malas como parecen y descubrirás que la paradoja de la verdadera fuerza es poder enfrentarte a tus debilidades», aseguró en un comunicado en su Instagram.
El delantero del Everton, tras estar en el ostracismo durante gran parte del curso, consiguió anotar el gol de la salvación de manera agónica, que significó una invasión de campo histórica en Goodison Park. Un baño de masas, en definitiva. Un broche fantástico a un periodo horroroso, de muchas lágrimas y noches sin dormir.
Ya son varios futbolistas o entrenadores allí que se han abierto para charlar sobre su salud mental: Tyrone Mings, Paul Pogba o Sam Allardyce son los últimos. La Premier League ya ha hecho varias acciones para demostrar su preocupación por temas como este.
Imagen de cabecera: @Everton