El piloto español de Ferrari tuvo que abandonar el GP de Austria a catorce vueltas del final por culpa de un fallo en el motor que provocó fuego en el monoplaza.
Charles Leclerc -que ganó la carrera- afianzado en primera posición a ritmo inalcanzable y Sainz a punto de adelantar a Verstappen lo que significaba el 1-2 de Ferrari en territorio Red Bull. Esto era lo que sucedía en Austria hasta la vuelta 58, en la que la baja fiabilidad de Ferrari se volvió a reflejar en el fallo de motor de su piloto Carlos Sainz. El piloto tuvo que abandonar el coche en una zona con pendiente, lo que provocó la imposibilidad de frenarlo por completo y sacar a Sainz cómodamente. Los comisarios tardaron en llegar y el fuego era más que visible en el monoplaza del español. Así lo relata el ’55’ de Ferrari: «Estaba en una cuesta arriba y de repente he visto fuego en el coche, he intentado salir del coche, pero se iba hacia atrás». Además, añade que «estaba llamando a los comisarios para que viniesen a pararlo y a apagar el fuego, pero han tardado bastante y me he tenido que tirar un poco del coche sin que estuviese todavía parado».
Ferrari tiene dos semanas para analizar lo que ha podido suceder, hasta el GP de Francia. Con el abandono del español, ya son cuatro las veces que un piloto de Ferrari ha tenido que abandonar un Gran Premio por culpa de problemas en su monoplaza, que demuestra que el Ferrari de esta temporada es muy rápido pero, al mismo tiempo, frágil y poco fiable.
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