Si analizamos lo que ha sido el tiempo de los Glazers como dueños del Manchester United, hay un detalle que siempre fue criticado por los aficionados. La falta de inversión en fichajes de gran nombre (quizás con la excepción de Robin van Persie y Dimitar Berbatov) fue sin duda clave. Los jugadores comprados por el United durante la época Glazer siempre fueron de proyección a futuro a mediano y largo plazo.
Con la salida de Moyes, tras su trágica temporada post-Ferguson, el club entró en un proceso de reconstrucción deportiva. Finalmente, los dueños, más concretamente el CEO, Ed Woodward, se vieron con la necesidad de gastar mucho dinero para que el Manchester United tuviera nuevamente una plantilla con el potencial para luchar por títulos y por éxitos importantes en Europa. Con esta situación llegaron dos de las estrellas más grandes que ofrece el futbol mundial, Ángel Di Maria (60 millones de libras) y Radamel Falcao (cedido procedente del Mónaco por casi 20 millones, incluyendo su salario semanal).
Fichajes similares que ilusionaron enormemente a la grada local de Old Trafford. En principio, por el gran potencial ofensivo que le daban a un equipo que ya contaba con bastante potencia en ese departamento (Van Persie, Rooney o Mata), y en segundo lugar, demostró que el club si puede atraer a jugadores de renombre y de clase mundial.
Todas estas expectativas, con el transcurso de la temporada se han ido desvaneciendo. Cuando el equipo ganaba, dejaba muchas dudas y estaba en búsqueda de identidad. Di María y Falcao lo hicieron relativamente bien, contribuyendo con 7 goles y 12 asistencias entre ambos, siempre con la esperanza de que cuando el equipo eventualmente mejorara la dupla vería crecer su desempeño.
Irónicamente, las cosas no funcionaron de esa manera. En el último tramo de la campaña, Louis van Gaal ha prescindido casi por completo de sus dos estrellas y ha optado por jugadores de menor calibre, como Young y Fellaini, que de manera eficiente han cumplido roles vitales para el resurgir del equipo de Old Trafford. Sin embargo, el colombiano y el argentino han visto sus actuaciones reducidas a tan solo algunos minutos llegando desde el banquillo, como suplentes.
Di María ha aprovechado poco su tiempo, dando asistencias ante Liverpool y Aston Villa, pero ofreciendo una versión muy errática y con mucha ansiedad. Radamel no ha contado con la misma fortuna. Pese a ello, el pasado sábado ante Chelsea, Falcao tuvo la oportunidad de salir titular en Stamford Bridge, en el gran duelo, y a pesar de no hacer un mal partido, no generó el mismo peligro que Wayne Rooney venía generando en los últimos encuentros en la posición de centro delantero. El colombiano fue víctima de muchas críticas por el poco trabajo que presentó a John Terry en el preámbulo al gol de Hazard. El resultado final, una derrota para los Red Devils que rompía una dinámica de 6 victorias consecutivas.
Difícil imaginar en verano un panorama en el que estos dos astros del fútbol mundial tuvieran un papel tan secundario en el Manchester United. Queda demostrado que el funcionamiento de un equipo no sólo depende del talento de sus individuos, sino de la capacidad de los mismos de entender con exactitud lo que su técnico espera de ellos dentro del terreno de juego.
Recientemente, se han filtrado informaciones sobre Di María, en las cuales el jugador le ha admitido a la junta directiva y al técnico su deseo de continuar en el club y luchar por un puesto. Por otro lado, el Manchester United todavía tiene la última palabra sobre el traspaso de Falcao, después de que representantes del Mónaco admitieran que no han mantenido conversaciones con ningún otro club por el jugador, ya que esperan que en Old Trafford tomen una decisión final al respecto.