Fútbol, nunca me cansaré de repetirte que tienes demasiada poca memoria. Sigues tu camino sin importarte a quienes has dejado en el trayecto, sin pensar en cuantos jugadores dejas atrás, lejos de los ojos del mundo. Es increíble ese poder que tienes de hacer que una persona esté en lo más alto y, al poco tiempo, haya desaparecido de la boca de cualquier aficionado de a pie. Desgraciadamente, para mí, esto en España se agrava cada vez más, y yo ya no sé como pararlo. Y es que quizás ni siquiera haya una manera de hacerlo, nos gustan las modas, nos gusta leer lo que la prensa nos dice, no queremos ir más allá. Nos gusta lo fácil.
Uno de los últimos jugadores que has dejado atrás es Ángel Di María. ¿Recuerdas cuando estaba en el Real Madrid y cada día necesitabas hablar de él porque solía hacer magia con el balón? Yo sí lo recuerdo, fútbol, aunque a muchos les falle la memoria. Y aunque ninguno de los dos nos acordásemos de él, ahí estará el argentino para demostrarnos que no merece caer en el olvido tan pronto.
Sigue a un nivel extraordinario, a pesar de tener sus bajones en estos años en los que ya no te gusta hablar tanto de él, pero lo cierto es que el día de San Valentín fue una de sus noches más dulces, y yo no me puedo alegrar más. Vimos a un jugador espectacular, capaz de echarse a un equipo a la espalda y, gracias al esfuerzo de todo el equipo parisino, conseguir ganar a uno de los mejores equipos del mundo, el FC Barcelona.
¿No te parece injusto fútbol? Tu poca memoria digo. Te pasas la vida hablando de Cristiano y de Messi, y se te olvida que hay jugadores que han hecho aún más grandes a esos dos astros. También podemos mencionar a Iniesta, a Xavi o cualquier otro de los que, en ocasiones, se te olvida mencionar.
Pero yo perdono esta falta de memoria, porque a veces, al verlos volver a resurgir de sus cenizas, como le ocurrió a Di María el pasado martes, me doy cuenta de lo espectacular que es este precioso deporte. Porque cada día veo con mayor nitidez que, sin genios olvidados como él, que hacen del fútbol una maravilla, mi amor por balompié no sería ni la mitad de lo que es ahora. Así que gracias, Ángel, gracias por darnos un poco más de vida.