Cuando, en noviembre de 2011, a Gianni De Biasi le dieron el mando de la selección de Albania, el equipo del águila bicéfala era uno de los peores de Europa. Y el futuro distaba mucho de ser prometedor.
Menos de cinco años después, Albania debutaba en la Eurocopa de Francia 2016, completando una de las mayores gestas vividas en el fútbol europeo en el presente siglo. La historia es bien conocida y la reportó y contextualizó de manera maravillosa el periodista Gaby Ruiz en este premiado reportaje.
Gianni De Biasi no se limitó a dirigir con más o menos tino sobre el campo a los jugadores que le pusieron delante. Por un lado, trabajó intensamente durante meses para reclutar por toda Europa a los jóvenes futbolistas dispersos por la masiva diáspora albanesa en los últimos 20 años, creando la generación futbolística más prometedora de la historia de la selección. Por otro lado, incluso más importante, consiguió inculcar en sus nuevos jugadores un gen de solidaridad colectiva, entre ellos y para con su afición y su nación.
“Creo que he cumplido mi tarea, que me ha permitido sacar de estos jugadores las cualidades que recientemente nos permitió vivir el sueño en la Eurocopa. Ahora la semilla está plantada, la planta está creciendo y con el esfuerzo y el cuidado de todos dará grandes frutos”
De Biasi siempre ha sido un buen entrenador, facultad sobradamente demostrada durante su larga trayectoria: futbolista discreto curtido en la Serie B en Brescia y Palermo, desde los ’90 entrenó a Carpi en Serie C1 y Cosenza en Serie B; ascendió con la SPAL a Serie C1; fue el gran artífice del milagro del Modena, que ascendió entre 2000 y 2003 de la Serie C1 a la Serie A; fue el último entrenador de Baggio en el Brescia; y devolvió al Torino a la élite tras su bancarrota.
Pero sobre todo es un excepcional motivador. En Albania supo explotar a la perfección la identidad nacional albanesa para reconducirla con carácter sobre el terreno de juego y comunión total con una afición devota, hasta el punto de que De Biasi recibió la nacionalidad albanesa por sus méritos.
En su primera experiencia en España, en el Levante en 2007, aun se le recuerda con cariño pese a que el equipo terminó descendiendo. La situación institucional era completamente desastrosa, plantilla, técnicos y auxiliares estuvieron meses sin cobrar y supo sacar el máximo posible de unos jugadores hundidos trabajando de manera absolutamente profesional.
Gianni De Biasi en Vitoria | Foto: El Correo
El bagaje de Gianni De Biasi le convierte en un entrenador ideal para tomar las riendas del Deportivo Alavés. Luis Zubeldía, sustituto del exitoso Pellegrino en el banquillo, fue despedido tras la quinta jornada de Liga después de no conseguir ni un punto ni un gol en este inicio de campeonato. Contra el Real Madrid, con Cabello en el banco, el Alavés dio la cara y puso en más de un apuro a los madridistas, anotando además su primer gol. Ahora, llega el turno del preparador italiano.
Nada más llegar, De Biasi comentó que en Vitoria se siente como en casa. No es para menos: un club humilde y trabajador, basado en la unión del bloque y en la comunión con su incasable afición, que acostumbra a hacer de Mendizorroza una caldera para el rival. Una plantilla de calidad limitada, pero con un compromiso total. De Biasi tiene mimbres para explotar lo mejor del Alavés y retomar el brillante curso de la temporada pasada.
Experto en situaciones límite, el técnico italiano tiene a su disposición un grupo formado por futbolistas suplentes el año anterior y numerosas caras nuevas: De Biasi buscará el modo de amalgamar estos ingredientes para formar un bloque basado en la defensa, floja hasta ahora, y con capacidad para romper al contragolpe, en busca de recuperar una mínima efectividad ofensiva.
“Quien luche y se vacíe, jugará conmigo”
Junto a la organización del bloque sobre el campo, el aspecto motivacional será clave: tras perder los seis primeros partidos, el Alavés se encuentra en una situación complicada y difícil de levantar en un campeonato como la Liga. De Biasi puso el ejemplo a seguir del Crotone, un equipo que el año pasado estaba desahuciado en Serie A tras la primera vuelta y consiguió salvarse al final cuando absolutamente nadie contaba con ellos.
Con estos preceptos, De Biasi es la persona más adecuada para reconducir la situación del club y devolver la ilusión a los aficionados vitorianos. Un vínculo perfecto entre la plantilla y la afición. Un enlace perfecto con el éxito. Desde la humildad y la profesionalidad. Un ejemplo.
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