“Globitos en mi perfil”. ¿Hay algo más deleznable que reclamar que te feliciten de esa manera? No creo que David Moyes, tipo áspero y añejo, forme parte de esa estirpe. El escocés es ese clásico de la Premier League al que sueles recurrir cuando tienes un problema grave. No habla de expected goals, no mete a los laterales por dentro y no trata de convencerte hablándote de Hamlet. Trabaja, cae y se vuelve a levantar. Ha tenido muchos sinsabores desde que salió de su zona de confort, el Everton, hasta hoy. Ahora disfruta con el West Ham, donde le echaron en su primera etapa hace no mucho y que volvió por la puerta de atrás. El fútbol a veces tiene revancha.
Los londinenses no poseen la salida de balón más aseada del mundo. De hecho, su balompié se edifica en las jugadas a balón parado -ha habido bastantes entrenadores que han renegado de los saques de esquina- y en un constante ejercicio de supervivencia cuando hay que dar un paso atrás. Los modernos lo llamarían resiliencia. Moyes, simplemente, lo llama esfuerzo. Si tiene que quitar a sus dos extremos de un perfil ofensivo para acabar con un doble lateral lo hace. ¿Tienes algún problema? Pues eso.
Una de las mayores sorpresas del cuadro es Pablo Fornals. Debo reconocer que cuando llegó el español al London Stadium me atacaron un sinfín de dudas. Ahí sigue, callando bocas. En el ecosistema de los de la capital de Inglaterra es el mejor lanzador de las contras de la escuadra. Cada vez que el balón pasa por sus pies ya se prepara Michael Antonio, resulta que era mejor delantero que Sebastian Haller, para buscar el contraataque. Tiemblen.
El gran nivel defensivo de los hammers, por supuesto, no solo es por el gran rendimiento de la zaga. Todos defienden. Dos de los grandes culpables de esta productividad son Declan Rice y Tomáš Souček. Si Napoleón hubiera tenido a esa dupla hoy hablaríamos en francés. Con el inglés y con el checo podrías ser capaz de convencer hasta a ‘El Empecinado’. Para ellos no solamente es importante estar bien perfilados y dar cien pases por encuentro: deben meter el pie, sumar kilómetros y ser valientes cuando el equipo se va hacia adelante. Son todocampistas. Los dos, asimismo, llegan al área para sumar tantos. Con un buen doble pivote tienes mucho ganado. Moyes ha conseguido cuajar otra plantilla de gran nivel y ya le dicen que el año que viene jugará la Champions League. Él sigue a lo suyo, sin globitos en su perfil.
Imagen de cabecera: @WestHam