Nuevo rico. El dinero, su base. Baloncesto a golpe de talonario, pero con cabeza. Una cabeza pensante, la de David Blatt. Pero el actual Darussafaka tiene su historia. Tenemos que echar la mirada atrás. En concreto, a hace tres años.
Darussafaka era uno de esos equipos que soñaban con llegar a la máxima categoría turca. En su caso particular, le costó hasta cuatro temporadas abandonar la segunda división otomana y dar por fin el salto para volver a jugar contra los mejores. Una persona se encargó de todo y da vida a lo que es hoy Darussafaka, su presidente Ferit Faik Sahenk. El cuarto hombre más rico de Turquía y principal responsable del brutal salto de calidad que ha dado el equipo. Dueño por herencia de su padre del holding empresarial «Dogus Yayin Grubu» ha conseguido llevar a la máxima competición europea a un club humilde de un barrio de Estambul solamente por su amor al baloncesto y a los negocios.
Ferit Faik Sahenk, el heredero de Dogus Holding | Getty
Además, el Grupo Dogus, presidido por Ferit, entró el año pasado en la Euroliga por la puerta grande como patrocinador «Premium Partner». Un patrocinio que aporta tres millones de euros anuales y que tan sólo alcanza el estatus de Adidas. Semejante inversión le hizo ganarse una invitación a participar en la máxima competición europea. Y es que dentro de la Euroliga sólo la también empresa otomana «Turkish Airlines», con una inversión de seis millones, aporta más que Adidas y el Grupo Dogus (tres cada uno).
Con el billete europeo en el bolsillo, había que ilusionar a la afición. Este pasado verano la directiva del Darussafaka tiró la casa por la ventana. En primer lugar, consiguieron contratar a David Blatt. Afamado por su gran dirección técnica, se fue a la NBA tras ganar la Euroliga con Maccabi y tras dirigir una temporada y media a los Cleveland Cavaliers y haber disputado la Final hace un año, volvió seducido por el dinero turco –firmó un contrato de dos años a razón de 1,7 millones por año- y por el precioso proyecto que podía liderar. En segundo lugar, el talonario tenía que salir a relucir y la dirección del conjunto turco no iba a escatimar en gastos. A Blatt le dieron un regalo en forma de 30 millones de presupuesto para fichar. Al nivel de los mejores y sólo por detrás de CSKA.
El dinero no da la felicidad, ciertamente; pero tampoco es un serio obstáculo. Eso pensarían los jugadores que recalaron finalmente en el plantel de David Blatt que seducidos por el papel verde se enrolaron en un proyecto de grandes magnitudes. Estrellas como Emir Preldzic, Marcus Slaughter, Semih Erden, Wanamaker o Dairis Bertans terminaron por aceptar los contratos millonarios favorecidos además por su fiscalidad ya que Dogus paga un porcentaje de nivel bajo a Hacienda. Viento a favor. Todo parece de color de rosa. En la pista se ve reflejado todo ese montante de dinero.
Emir Preldzic, talento para el frontcourt turco | Getty
Actualmente, Darussafaka se encuentra octavo cerrando los puestos de play-off que dan acceso a la próxima fase de la Euroliga. Hace un mes, estaban disputándose el liderato y pertenece al selecto club de los equipos que le han ganado a Real Madrid y CSKA. Respuestas. Eso es todo. Respuestas ante la gran cuestión que rodeaba al Volkswagen Arena Istambul; ¿funcionará este proyecto? De momento, eso parece. Blatt encaja con el equipo. Un equipo que es el que menos balones pierde en Europa junto con Panathinaikos y RM, un equipo que roba mucho (6º con 6,31 robos por partido) y un equipo que apunta de maravilla desde el triple (38,58% de acierto desde la línea de tres).
Un equipo de la nada y con una inyección astronómica de dinero pisa sin hacer ruido las trincheras de la Euroliga. Queda mucho y esto puede evaporarse pero tienen entre ceja y ceja un objetivo: la Final Four de Estambul. Viendo su dinámica deportiva, el pase a los play-off no sería una locura. Después y dependiendo del emparejamiento a soñar. Total, por dinero no será, aunque, todo en esta vida no se puede comprar.