Vender un futbolista no suele ser una decisión sencilla, a menos que su rendimiento deje muy claro que la negociación terminará siendo algo beneficioso para el club. En muchas ocasiones, la venta parece algo lógico o en otras simplemente el jugador no cuadra dentro del proyecto del club, sin embargo estas decisiones pueden terminar siendo un grave error.
Repasemos cuatro ventas que terminaron siendo un grave error.
Cuando la Juventus vendió a Henry: El francés llegó a Turín en el mercado de invierno de la temporada 1998/1999, pero en lugar de ocupar un lugar en el frente de ataque fue relegado a la banda izquierda donde estuvo muy lejos de mostrar su mejor nivel. Wenger lo fichó para el Arsenal donde convirtió más de 200 goles y se hizo leyenda.
Cuando el Inter vendió a Roberto Carlos: Roberto Carlos fue el mejor lateral izquierdo del mundo durante probablemente una década, pero el Inter no vio ese potencial cuando lo vendió al final de la temporada 1995/1996 al Real Madrid, donde jugó más de 500 partidos en once temporadas y sumó, entre otros títulos, 4 ligas de España y tres Champions.
Cuando el Manchester United vendió a Forlán: El uruguayo era la estrella de Independiente en Argentina cuando tomó un avión rumbo a Inglaterra para fichar por el Middlesbrough, pero el Manchester United logró interponerse. En Old Trafford estuvo dos temporadas y media sin llegar a cumplir las expectativas, tras su venta al Villarreal logró anotar 54 goles en tres temporadas y confirmarse como uno de los mejores delanteros del momento.
Cuando el Real Madrid vendió a Makélélé: El francés funcionaba como el sostén de un equipo plagado de estrellas ganando dos ligas y dos Champions League, su venta al Chelsea, con el que ganó dos Premier League, generó un agujero en el mediocampo merengue que tomó mucho tiempo llenar.