La Premier League, considerada una de las mejores ligas del mundo, también se mancha. Y fue en la temporada 2006-2007, en sus inicios, cuando el West Ham United decidió fichar dos de los mejores proyectos de futbolista de toda Sudamérica: los argentinos Carlos Tévez y Javier Mascherano.
Aquella Premier, que no estaba acostumbrada aún a inversiones importantes de equipos pequeños, se preguntaba cómo los de Londres se habían gastado 20 millones de euros. Y esas dudas se convirtieron en hechos absolutos. Y es que el West Ham realizó un fichaje de alquiler por los dos argentinos; algo ilegal en la liga Inglesa. Aquel error, en principio, iba a llevar a los Hammers al descenso inmediato pero entonces se acabó la ética.
En lugar de descender al equipo, que en aquellos tiempos entrenaba Alan Pardew, la federación decidió sancionar al club con una multa pecuniaria de 9 millones de euros. En ese momento la Premier League dejó entrever que prefería defender un fichaje caro, que además conllevaba mercancía de talla mundial, antes que cumplir las normas. Y Tévez, que no debería haber jugado esa temporada, fue el que salvó a los de Upton Park y mandó al Sheffield United al infierno del Championship. Y, para más inri, los de Bramall Lane, conjunto histórico donde los haya, ha sufrido muchísimos problemas y ahora mismo se encuentra en la media tabla del League One. ¿Qué hubiera sucedido si el Sheffield United se hubiera salvado?
Y ¿por qué esos traspasos fueron ilegales? Porque sus derechos pertenecían a terceros exactamente a la compañía Media Sports Investment, suceso que provocó movimientos de muchos clubes de abajo, incluido el Sheffield United. Pero, desgraciadamente, la FA decidió mirar hacia otro lado aludiendo que no se mantenía la misma directiva al final de temporada que la de los fichajes de Agosto. Un día en el que el futbol inglés, donde más respeto hay por este deporte, quedó manchada para la posteridad.