Tenía nueve años cuando paseaba junto a sus amigos y un camión pasó por encima de él. Intentó salvarse y se metió en un conducto del vehículo, pero el brazo izquierdo sufrió importantes lesiones al agarrarse con fuerza. El camión terminó por aplastar su mano.
«Sentí un dolor terrible, pero estaba consciente. Me sacaron de allí y me llevaron al hospital«, cuenta Cosmin Lambru, diez años después, en una entrevista. Si tardaba en operarse, perdería el brazo entero. La cirujana Otilia Racasa consiguió salvarlo en una operación muy complicada, pero acabó perdiendo la mano izquierda.
Por entonces, Cosmin ya adoraba el fútbol. Nunca perdió de vista su sueño. Se fue haciendo un hueco en las categorías inferiores del Petrolul Ploiesti (actualmente en Segunda División) en la temporada 2015-2016, pero fue la temporada pasada cuando explotó definitivamente en las filas del CS Blejoi: Sus 26 goles le valieron para regresar al Petrolul, donde ha firmado por cuatro temporadas.
Su debut como profesional llegó en la Copa de Rumanía, el pasado martes frente al Mioveni, entrando al campo a los 81 minutos en sustitución de Janko Pacar, aunque su equipo, que logró colocar el 1-1 en el descuento, cayó en la tanda de penaltis y fue eliminado. El joven pisó el campo con una mano de plástico y un sueño hecho realidad.
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