Ya es una realidad que Corea del Sur estará en los octavos de final de Copa del Mundo. Lo tenían todo en su contra: debían ganarle a Portugal, líder del grupo con dos victorias, y dependían de que Ghana no sumase tres puntos, además de una diferencia de goles con Uruguay favorable a los asiáticos -aunque no mucho-.
El asunto se complicó más todavía cuando, apenas al minuto 5 de partido, Portugal se adelantó en el marcador con un tanto de Ricardo Horta. Tocaba remar contracorriente. Con un plan no demasiado agresivo, incluso puede que algo conservador para lo que tenían en juego y lo que debían lograr, Corea trató de hacer daño a Portugal en transiciones ofensivas. La presión arriba no fue una constante pues la intención era robar en campo propio y salir al contragolpe con la velocidad de Heung-Min Son, capitán y estrella del equipo de Paulo Bento.
El tanto del empate coreano no tardó demasiado en llegar. Irónicamente fue en un saque de córner. El centro al área lo prolongó Cristiano Ronaldo con la espalda y el balón quedó muerto entre la masa de jugadores y el portero. Ahí apareció el central Kim Young-Gwon para enviarla al fondo de la red. El sueño coreano todavía era posible. A todo esto, Uruguay ganaba su partido 0-2. Corea necesitaba un solo gol.
Los minutos pasaban y pasaban y el gol no llegaba, ni para un lado ni para el otro. Ni siquiera uno de Uruguay que obligase a los coreanos a marcar dos. La clasificación era temporal para los sudamericanos pero estaba pendiente de un hilo. Portugal tuvo sus ocasiones, como una que Cristiano envió fuera tirándose en plancha y rematando de cabeza; Corea, por su parte, también tuvo ocasiones para hacer el segundo, pero no llegaba. Con el minuto 90 ya cumplido y las esperanzas asiáticas casi disipadas, una figura emergió entre todas las demás: Hee-Chan Hwang. El líder indiscutible de esta selección, Heung-Min Son, completó una jugada extraordinaria al contragolpe en la que logró llegar a la frontal del área con la atención de hasta cuatro jugadores portugueses. Entre la multitud, Hwang se desmarcó dentro del área y Son logró encontrarlo dándole el pase en el momento perfecto. Ni un segundo antes, ni uno después. Hwang fusiló a Diogo Costa y puso el 2-1. Estalló la locura. Con un añadido más largo, el partido de Uruguay no había terminado todavía por lo que la celebración tuvo que esperar. Todos pendientes del pitido final. Y llegó. Ghana 0-2 Uruguay y Corea a los octavos de final.
Esta selección no es la primera vez que sorprende al mundo. Sin ir más lejos, en Rusia 2018, fueron los verdugos de Alemania en la fase de grupos -recordemos que eran vigentes campeones-. No les sirvió para pasar de ronda, lo que tiene todavía más mérito si cabe: nada en juego contra una poderosa Alemania que se juega la vida. Y le ganas. Esta vez hicieron valer oro el punto conseguido contra Uruguay en la jornada 1 y los dos goles anotados en la derrota ante Ghana. Con esta clasificación se da un nuevo dato histórico: es la primera vez en la historia de los Mundiales que tres selecciones de la confederación asiática superan la fase de grupos. Japón, Corea del Sur y Australia, que pese a pertenecer al continente oceánico disputan sus competiciones en la zona asiática. En muchos aspectos, estamos presenciando un Mundial para la historia.
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