Se acabó el Mundial. Sé que aún sigues cantando inconscientemente el ‘Muchachos’, que tu timeline está ahogado de fotos con la celebración de Argentina y que has visto el beso de Achraf Hakimi a su madre desde veinte ángulos distintos, pero se acabó. Pasemos página. Es justo y necesario. No es por ti, es por mi.
El Mundial es una ilusión, no deja de ser el sueño de una noche de verano, o de otoño si la FIFA se lo propone. Guardemos todo lo místico, romántico y atávico que tiene un Campeonato del Mundo en el cajón del recuerdo, ese donde acudes de vez en cuando para darle cuerda al corazón. Es en ese rincón de la nostalgia donde algunos aún tenemos guardado un hat trick de Míchel a Corea, un penalti infame de Diana Ross, un gol de Tore Andre Flo a Brasil o el gol de Ronaldinho a Seaman.
En unos días volverá La Liga. Sé que eso ahora mismo te estimula lo mismo que un lunes lluvioso, pero créeme, podría ser peor.
Mentalízate que tampoco está tan mal volver a ver a Ousmane Dembelé haciéndose trampas al solitario. Piensa en ese Chimy Ávila derrochando pasión en cada gesto. Ese Gattuso desgañitándose por conceder un córner. Queda poco para que Rodrygo y Vinicius jueguen al poli bueno y poli malo. El Atlético haciendo las cosas típicas del Atlético. Borja Iglesias, Iago Aspas, Brais Méndez o Joselu Mato reivindicando en cada gol el ‘Galicia Calidade’. En unas semanas ya volverá Lewandowski a juntar los puños y Benzema deberá elegir que rol quiere jugar de aquí a junio. Que sí, que en La Liga no está Messi, ni Mbappé ni Haaland, pero oye, ‘Los Juegos del Hambre’ por evitar el descenso tampoco están tan mal, especialmente si tu equipo no está inmerso en ellos. El Rayo de Andoni Iraola o la Real Sociedad de Imanol Alguacil deberían sacudir tus endorfinas. Nabil Fekir volverá a frotar la lámpara y el buen hacer de los Ernesto Valverde, Jagoba Arrasate o ‘Míchel’ Sánchez van a seguir captando tu atención a poco que te guste este deporte.
No sé, la vida son rutinas. El llevarlas con mayor o menor dignidad ya depende de cada persona. Comprar el pan cada mañana tampoco te da la felicidad, pero sin pan no comes. Con La Liga ocurre algo parecido. Quedan tres años y medio hasta el próximo Mundial, tú decides cómo quieres pasarlos.
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