Juanan MOTA – La implacable sentencia del balón parado deja a Colombia fuera de las semifinales del Mundial, así de cruel y así de simple. La presión externa a la que fue sometida la selección brasileña en los días previos no hizo mella en la ‘canarinha’ que salió al 100% desde el primer minuto, retomó el hambre voraz que tritura rivales desde la presión y recordó en algunos momentos de la primera mitad a la selección que asombró en la Copa Confederaciones del año pasado con continuas acciones de peligro para la meta rival.
El partido de Colombia fue un tanto decepcionante viendo el rendimiento del resto del Mundial, apenas una ocasión de peligro en toda la primera parte con un disparo de Cuadrado que se marchó algo desviado, poco bagaje para una selección acostumbrada al ataque continuo. A los jugadores de la selección colombiana les pudo superar la presión del momento, el inicio del rival o simplemente miraron el escudo de Brasil con las cinco estrellas y no pudieron ser fieles a sí mismo.
El esquema de Pekerman (más conservador) situó a James en la media punta escoltado por Ibarbo y Cuadrado en la línea de tres por detrás de Teo Gutiérrez. El joven talento colombiano nunca pudo zafarse de la presión de Paulinho y Fernandinho y brilló poco durante todo el encuentro.
En la segunda mitad la selección cafetera salió buscando el empate desde la fe y el empuje, nunca fue constante en el juego aunque creó algunas ocasiones sin demasiado peligro para Julio César, la entrada de Bacca mediada la segunda mitad le dio más opciones de gol, opciones que se truncaron a 20’ del final cuando David Luiz marcó el segundo gol de libre directo. La única jugada que pudo trazar James encontró a Bacca que en el mano a mano ante Julio César le hizo un claro penalti que el propio James transformó para recortar la distancia en el marcador. De ahí al final una ocasión de Bacca y otra de Yepes que no encontraron puerta fue el bagaje colombiano en los últimos minutos de partido. Al menos quedará en la memoria de los aficionados el buen torneo que ha realizado esta selección y el poco premio que han obtenido por ello, de momento su estrella, James Rodríguez opta a la ‘Bota de Oro’ con 6 goles y 2 asistencias y estará en la pelea por el ‘Balón de Oro’ del Mundial, aunque esta eliminación tan tempranera puede alejarle del máximo galardón individual del torneo.
Colombia se marcha con la sensación de la oportunidad perdida, oportunidad para haber roto la racha de no ganar a Brasil desde el año 1991, oportunidad para demostrar que el fútbol del ‘jogo cafetero’ servía para ganar un Mundial, no pudo ser, quizás en Rusia dentro de cuatro años con un Falcao recuperado, un James Rodríguez convertido en uno de los mejores jugadores del Mundo puedan tener otra oportunidad de seguir haciendo historia. En esta edición se marcha con 4 victorias ante Grecia, Costa de Marfil, Japón y Uruguay y una única derrota ante Brasil. Se va Colombia marcando 12 goles (6 de James Rodríguez) y habiendo recibido 4 goles.
Los números, fríos pero reveladores, ilustran a las claras la injusta marcha de la selección colombiana, pero así es el fútbol, un fallo te manda a por las maletas al hotel, hay que dar el 100% cada día porque cuando no puedes darlo te marchas a casa con la sensación de la oportunidad perdida.
La perspectiva en el tiempo nos dará la sensación real de que está selección ha dado un paso más en la historia del fútbol colombiano llegando hasta cuartos de final de una Copa del Mundo, ahora solo queda el desconsuelo y la tristeza por la derrota.
El año que viene en la Copa América esta selección buscará acabar con el trabajo empezado e intentará en Chile lograr derrotar a las grandes selecciones sudamericanas, toca mirar al futuro con optimismo y felicidad, esta selección ha demostrado en el Mundial que se puede ganar disfrutando y haciendo felices a los espectadores.
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