El partido del próximo miércoles en el Bernabéu está lejos de ser un derbi madrileño habitual. Es la Champions y muchos de los elogios o las críticas pasan por el resultado del encuentro. Real Madrid o Atlético sufrirán el impacto de un golpe durísimo, no solo por haber claudicado frente al eterno rival, sino por la sensación de haber echado a perder el trabajo de todo el año. Nada sabemos de lo que sucederá excepto que alguno de los dos caminará moribundo durante el resto de temporada.
Por eso, cualquier argumento se convierte en certeza cuando hablamos de pasar a semifinales de la Champions. Cualquier detalle, por extraño que parezca, ejerce la suficiente influencia como para convencer al aficionado de que estar en el próximo sorteo es muy posible. El Real Madrid puede contar entre sus activos con algunos argumentos que invitan a creer en un futuro esperanzador:
1. Escenario: Es la Champions, en el Santiago Bernabéu y frente al eterno rival vecino. Ingredientes de sobra para salir con los músculos en tensión y la cabeza centrada. Es la competición fetiche del Real Madrid, casi la razón de ser del club, y no debería venderla a un precio bajo. Además, la afición, acostumbrada a noches de remontada con el corazón en un puño, entiende la necesidad de llevar en volandas al equipo. La unión de estos elementos debería espolear al conjunto blanco.
2. Sensaciones: Ante los medios, tanto el Atlético como el Madrid coincidieron en algo: el equipo blanco había sido mejor. Había tenido mayor dominio y el grueso de las oportunidades de gol. Solo Oblak pudo frenar la ofensiva del Madrid. A diferencia de otras ocasiones, el Madrid consiguió mitigar el ímpetu del Atlético, hacerle sentir incómodo, generar ocasiones y quedarse muy cerca de, incluso, encarrilar la eliminatoria. Y en el Calderón. Sensaciones de poderío en el control del balón o en la vulnerabilidad defensiva del Atlético, como prefieran. Pero, sin ninguna duda, el sentimiento de que se le pueden encontrar fisuras –y aprovecharlas, la parte más importante- al entramado defensivo de Simeone.
3. Cambios. El Real Madrid afrontará el partido con las bajas seguras de Modric y Bale, más la duda de Benzema, por lesión y la de Marcelo por sanción. En esta tesitura, Ancelotti deberá encajar sus piezas para que no se note demasiado la pérdida de futbolistas tan esenciales. Sin embargo, es un buen contexto para que jugadores menos habituales se reivindiquen. Están ante su gran oportunidad de dar un golpe en la mesa. Hablamos de Illarramendi, Jesé, Coentrao o Chicharito. No faltarán lucha, intensidad ni ganas. Elementos que cobran un valor especial si quien está enfrente es el Atlético de Madrid.
4. Fiabilidad defensiva: Con Pepe lesionado, Varane ha vuelto a tomar las riendas de la defensa y a demostrar el nivel que le llevó a recibir elogios durante la temporada pasada, antes de su lesión. Junto con Sergio Ramos (el defensa más goleador de europa con 40 goles desde el año 2005) demostró seguridad en las acciones y el Atlético, salvo en los minutos finales, apenas incomodó a Casillas. Algo muy significativo, y que demuestra este punto, es que el Atleti apenas generó peligro en acciones a balón parado, la faceta más representativa del equipo y gracias a la cual han sumado una gran cantidad de goles. Se debe a una gran concentración e implicación defensivas en acciones que el Atleti suele aprovechar.
5. Experiencia: Uno de esos conceptos que solo cuando se analiza a posteriori adquiere su relevancia. El Real Madrid está acostumbrado a noches de todo tipo en Champions. Un club “leído y viajado” en este tipo de circunstancias y en una competición así, la experiencia es más que un grado. A pesar del nivel mostrado, el Atleti ya pagó la ‘novatada’ en la final del año pasado y para ser competitivo es necesaria la cabeza muy amueblada. Y eso lo da, entre otras cosas, la experiencia en estos terrenos.