Cicinho tiene 36 años y está sin equipo. El que prometiera ser uno de los mejores laterales del mundo en su etapa en el Real Madrid está a punto de cerrar su carrera de la forma más triste. Tras una lesión que le dejó seis meses fuera de los terrenos de juego, el brasileño nunca volvió a ser el mismo, aunque el bajón de rendimiento no solo tuvo que ver con ello.
Y es que, en noviembre, Cicinho reconoció que tenía problemas con la bebida. Ahora es más específico: Asegura que fue en Madrid donde empezó su adicción, y que eso le arruinó su carrera. Se hacía tatuajes (hasta 30) por depresión, y bebía para soportar el dolor. «Me siento incómodo con mis tatuajes. Me los hacía bajo los efectos del alcohol. Yo bebía porque odio el dolor y lo necesitaba para tatuarme. No lo escondía. Pensaba que los tatuajes me iban a traer paz. Y no es así. Me imagino con 60 años comiendo bizcocho y lleno de tatuajes».
En la entrevista concedida al programa ‘Aquí com Benja’, de Fox, Cicinho confesó que estando a un buen nivel en el Real Madrid, se emborrachaba de todas formas. «Era un alcohólico porque no era capaz de beber sólo una cerveza. Yo bebía hasta caer al suelo. Cuando llegue el Real Madrid se me fue de las manos. Ahí bebía mucho, pero no era de noche. Algún periodista me veía bebiendo, pero la buena racha que vivía maquillaba la situación», concluyó.