La mayor demostración de que nada es imposible. Esta noche en El Sadar, en el duelo que enfrenta a España con Estados Unidos, podremos ver a Carson Pickett. No sabremos si se quedará en el banquillo o saldrá al césped, pero el simple hecho de estar allí, representando a la mejor selección del mundo, ya es un éxito tremebundo. Sobre todo para una mujer cuya discapacidad le habría apartado del deporte de élite en cualquier otro contexto o circunstancia.
«Quiero que la gente sepa que, aunque se considera una discapacidad, no lo es. Puedo hacer cualquier cosa que otra persona pueda hacer». Pickett (1993, Spartanburgm Florida), nació sin el brazo izquierdo, pero eso nunca le supuso una barrera. No quiso compasión, no quiso ayudas (nunca permitió el uso de prótesis) y como amaba el deporte, no estaba dispuesta a renunciar a él. Aprendió a trenzarse el pelo ella sola, a trepar árboles y hasta a nadar.
En el colegio era una crack con un balón en los pies. Ganó tres campeonatos escolares, y en secundaria fue nombrada ‘Jugadora de Fútbol del Año Gatorade Girls’, un premio que ganaron LeBron James, Kobe Bryant y Allyson Felix, entre otros. Comenzó a jugar al fútbol a nivel universitario en Florida, y en su primer año, usaba camisas de manga larga para asegurarse de que nadie viera que era diferente a ella, y así no la miraran con sorpresa. Con el tiempo, se dio cuenta de que mostrar su muñón era una oportunidad única de usar el altavoz que había conseguido en redes sociales, y servir de ejemplo para aquellos que, como ella, se sentían acomplejados. «Puedo usar mi brazo para algo más grande que yo. Puedo impactar a tantos niños y personas que tal vez no vean una salida. Ver que tengo éxito en la vida y que soy feliz puede serles muy útil», dijo después de chocar el muñón con un niño en una imagen que se hizo viral en todo el mundo.
En la NCAA se convirtió en una de las defensas más prometedoras del país. Formó parte de una zaga que no encajó un solo gol en todo el torneo. Acudió a todas las categorías inferiores de la selección estadounidense, pero tardó en ser seleccionada para ser profesional. Lo hizo en 2017, con 24 años. El Seattle Reign se hizo con sus servicios y la cedió en octubre de ese mismo año al Brisbane Roar australiano. Allí marcó su primer gol y disfrutó de una regularidad que más tarde se replicaría en la Major League Soccer, la mejor competición del planeta.
Sus cesiones en Brisbane fueron recurrentes: volvió al equipo en dos ocasiones más, siendo nombrada la MVP de la plantilla en la 19-20. Antes, jugaría en Orlando Pride junto a Marta o Alex Morgan, y desde febrero de 2021 juega en el North Carolina Courage, equipo donde tiene como compañeras a las internacionales brasileñas Debinha y Kerolin Nicole (ex del Madrid CFF). En 2021 formó parte del once ideal del campeonato, y fue nominada a mejor defensa de la temporada. Este curso ha jugado 20 partidos, ha marcado un gol y ha dado seis asistencias. Su gran nivel en el lateral izquierdo le dio la oportunidad de debutar con la selección absoluta el pasado 28 de junio en un amistoso ante Colombia, haciendo historia como la primera futbolista con discapacidad en ser internacional con Estados Unidos.
La baja de última hora de Emily Fox ha propiciado su vuelta a una convocatoria con Estados Unidos. No estuvo en Wembley en el duelo estelar frente a Inglaterra, pero podría sumar su segunda internacionalidad este martes ante la Selección española en Pamplona. Con el Mundial de Australia (un país que conoce muy bien) y Nueva Zelanda a final de esta misma campaña, el sueño de Carson Pickett es más que real. Es lo que tiene no entender de imposibles.