La española Carolina Marín, número uno del ranking mundial de bádminton, admitió hoy que siente que es su momento y sólo piensa en una cosa: ganar mañana la medalla de oro de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro.
«Lo siento desde que llevo dos meses preparándolo. Me he estado preparando muchísimo para llegar a una final olímpica. Mañana queda el último pasito y vamos a ir a por la medalla de oro», advirtió la jugadora tras imponerse en semifinales por 21-14 y 21-16 a la campeona de Londres 2012, la china Li Xuerui.
«Estoy emocionada, porque el partido era muy importante, sobre todo manejar la situación. Ella era la campeona olímpica, ella tenía que defender la medalla de oro. Yo he salido a disfrutar del partido. Sobre todo la clave ha sido pensar todo el rato en la estrategia que habíamos planteado y eso ha hecho que estuviera siempre concentrada», explicó la española de 23 años.
«Sufrí un poco porque, claro, al jugar una semifinal siempre hay un poco de nervios. Pero eso hay que controlarlo. Tengo claro que en una final olímpica no se está siempre y quiero mañana sobre todo disfrutar, dar mi mejor bádminton, dar el último pasito que me queda y que salga lo mejor posible», agregó.
Después de tres partidos «relativamente» fáciles hasta semifinales, la española solventó en 57 minutos su duelo más complicado hasta ahora, en el que sólo pasó apuros al comienzo del segundo set, cuando llegó a perder por tres puntos de diferencia.
«Crisis siempre hay, los tres partidos anteriores eran relativamente más fáciles que el de hoy. El de hoy era contra la campeona olímpica, ha sido número uno. Está claro que no siempre se puede ir arriba en el marcador, siempre cometemos fallos porque no somos perfectos, pero es importante desdramatizar los fallos y estar concentrada en la estrategia», explicó.
Agresiva en su juego, la española exterioriza también su determinación con gritos de autoánimo que sirven también para intimidar al rival. «Lo importante era mostrarle en todo momento que yo quería ganarle, no venirme abajo, porque está claro que los chinos dominan el bádminton y demostrarle a una china que quiero ganarle era importante. También a los entrenadores. Cuando tú les muestras que vas a por ellos, que no te rindes, eso también les pone nerviosos a ellos», aseguró.
«No siempre se puede ir arriba (en el marcador), pero era importante mantener el lenguaje corporal y el lenguaje de luchadora», agregó. Aunque ya tiene asegurada la plata, la española, campeona del mundo en 2014 y 2015, demostró que sólo tiene en mente la victoria.
«Yo no tengo ninguna medalla todavía, sólo la de la Virgen del Rocío», dijo tocándose el amuleto que cuelga de su cuello. Los periodistas reunidos en el pabellón 4 de Ríocentro le recordaron entonces que ya tenía asegurada la de plata, pero Marín no quiso conformarse.
«Bueno, ahora no quiero pensar en ninguna, para mí todavía no tengo nada, mañana espero tener la de oro», advirtió.
(DPA)