Hablar del Sporting de Lisboa es hablar de tal vez uno de los equipos que más seguidores tiene en la liga portuguesa, de los tres equipos punteros de esa competición junto Oporto y Benfica. Sin embargo, desde el año 2015 que consiguieron una Supercopa y la campaña 2014/15 con una Copa de Portugal, había que remontarse siete años atrás para ver conseguida otro título copero y 13 años para la última Liga, conseguida con Jardel como estandarte, futbolista que por cierto había jugado con anterioridad en el Oporto.
Pero si hay algo en el club de lo que no hay réplica, es en su Academia. Forma jugadores basándose esencialmente en tres aspectos: el carácter ganador, el temperamento y la alta competitividad. La red de ojeadores de este equipo ha conseguido ser una de las mejores del continente. El complejo, inaugurado en 2002, está plagado de carteles emocionales, como por ejemplo ‘no existe la suerte‘, con Aurelio Pereira, el descubridor de un habilidoso chaval en Madeira llamado Cristiano Ronaldo, como director del fútbol formativo.
Allí, en la Academia, los chavales de nueve a diecinueve años buscan mejorar técnica y físicamente, además de formarse como personas. Y es que si un chaval no ha hecho los deberes un día, no le está permitido entrenar. Y todo el mundo sabe aquello de: «quien no entrena no juega». Hoy día, la imagen de la Academia en el club es el portero Rui Patricio, internacional con Portugal y desde hace una década en el primer equipo. Más allá del caso ya mencionado de Cristiano Ronaldo, hay otros muchos grandes jugadores criados en la cantera lisboeta.
Como por ejemplo Paulo Futre, exjugador del Atlético de Madrid y que durante tres campañas estuvo en el Oporto y posteriormente una en el Benfica dentro del fútbol portugués; tras pasar anteriormente por las categorías inferiores y realizar una temporada en el primer equipo del Sporting. Simao Sabrosa, que pasó tres campañas en el primer equipo antes de fichar por el Barcelona, donde no tiene suerte y tras dos temporadas, firmó por el Benfica donde está seis y sale de nuevo hacia España, esta vez al Atlético. Algo similar le pasaría a Ricardo Quaresma, tras unos años en el primer equipo, sale hacia el club blaugrana, donde permanece un año y se mantiene cuatro posteriores en el Oporto para volver a salir de su país hacia Italia, con dirección al Inter.
El mismo camino recorrido por Cristiano, lo realizó Luís Nani. En 2007 fichó por el Manchester United. Su estancia se estiró durante siete años, regresó al equipo portugués en forma de cesión, pasó una campaña en el Fenerbahçe y este año ha aterrizado en el Valencia. Pero si junto al actual siete merengue ha habido un jugador muy similar a él en cuanto a importancia en Portugal, ha sido Luis Figo.
Diez años en la disciplina lisboeta entre las categorías inferiores y el primer equipo, para fichar en 1995 por el FC Barcelona. En el año 2000, cambió las rayas azulgranas por el blanco merengue. Antes de retirarse, tras varias campañas como madridista, ficha por el Inter. Todos ellos son una serie de jugadores que, como pasa en muchos clubes, se formaron en un equipo para despuntar en otros o se hicieron grandes en distintos clubes del que les formó. Pese a todo, la Academia del Sporting de Lisboa sigue ahí. Generando talento.