El final de la temporada futbolística coincide en espacio temporal con el fin de curso en los colegios, donde los más pequeños desarrollan su aprendizaje y crecen en conocimientos a lo largo del año. Mas, llegadas las ansiadas vacaciones, muchos padres se encuentran ante el problema de lograr compatibilizar su vida laboral con el descanso estival de sus hijos. Ante tal panorama, surgen los campamentos, las escuelas de verano y actividades de diversa índole que facilitan la temporada de verano a las familias.
En este sentido, son muchos los jugadores profesionales que, en el inicio de sus vacaciones, promocionan eventos específicos de fútbol, centrados en recuperar el fútbol en su esencia y alejar a las nuevas generaciones del corrompido ámbito en que algunos se empecinan en querer convertir el deporte rey. Es el caso de Vicente Iborra, que entre el 26 y el 30 de junio organiza, de la mano de Torneo Sport, un CAMPUS dirigido a niños y niñas de entre 5 y 15 años en la localidad natal del futbolista, Moncada, en la provincia de Valencia. El objetivo deportivo es el de mejorar los aspectos técnicos de los chavales, desarrollar fundamentos tácticos y ayudar al desarrollo futbolístico de los participantes, aunque el fin último de la organización del evento abarca valores mucho más profundos.
Potenciar el desarrollo integral de los niños a través del deporte como herramienta educativa, fomentar la convivencia a través de la práctica deportiva, promover valores de compañerismo, cooperación y amistad, todo ello permitiendo a su vez conocer los valores humanos y deportivos de un futbolista profesional como Vicente Iborra, así como su trayectoria profesional. El evento es dirigido por Luis Navarro, entrenador de Vicente en categorías inferiores y coordinado por José Vicente Rodrigo, contando con el asesoramiento y supervisión del propio jugador, que se vuelca en transmitir sus valores a los pequeños, a los que deleita con su continuada presencia y a los que premia igualmente con la visita de varios jugadores profesionales a lo largo de los cinco días en que se extiende el evento. El pasado año fueron 180 los niños que disfrutaron aprendiendo junto a uno de sus ídolos y para esta edición se cuenta con superar dicho número.
Iniciativas que merecen el aplauso, el elogio y la felicitación. Una labor pedagógica que trata de inculcar conceptos fundamentales como la solidaridad del trabajo en equipo, el fomento de la convivencia entre compañeros, aprender a competir, a ganar pero también a perder, siempre desde un trato que fomenta el desarrollo potencial del niño, con la guinda del trato cercano de un futbolista que es todo un ejemplo en su tierra.
Son muchos los jugadores que, como Iborra, fomentan los valores del fútbol estos días, permitiendo a los más pequeños acceder a sus ídolos durante unos días y disfrutar de su cercanía, empapándose de las vivencias de futbolistas profesionales que hace años, soñaban, como ellos, en llegar a ser aquello en lo que finalmente se han convertido. Y es de justicia resaltar que, pese a alcanzar la fama, los futbolistas no dejan de ser, en muchos casos, extraordinarios seres humanos dispuestos a ayudar a los más jóvenes a formarse a través de los valores que el fútbol puede transmitir.