Viendo el partido que enfrentó al Manchester United contra el Chelsea de Antonio Conte en la jornada 33 de Premier League me surgió una cuestión de la que hace tiempo que no me percataba, ¿dónde está Wayne Rooney?
Al inicio de la presente temporada José Mourinho citó la siguiente frase cuando un periodista le preguntó acerca del estado de forma de Wayne y la relevancia que podría tener para la actual plantilla del Manchester United: “Lo mejor de Rooney está todavía por llegar”. Esto hacía presagiar que pese al bajón que parecía estar sufriendo el jugador en los últimos cursos, el técnico portugués le haría volver a su mejor nivel.
Pero la realidad de Wayne a pocas jornadas para que concluya la temporada es muy diferente. Empezó el curso jugando con asiduidad, pero sin tener un papel ya tan vital en el equipo. Su roll, era más el de un jugador experimentado que sigue jugando con regularidad, aunque no siempre siendo parte del XI titular en los partidos del United. El juego del equipo no era el esperado y él, junto a otros jugadores, fue culpado por ello. Finalmente, y tras varios intentos de mejorar el rendimiento del equipo con él en el campo, Mourinho empezó a disminuir el número de minutos del inglés, que pasó a ser más suplente que titular. Esto coincidió con una leve mejora del juego del equipo, lo que hizo que Mourinho siguiera por la misma senda. Para Navidad, Wayne dejó de contar para José, pero el técnico portugués seguía manteniendo la idea de que el jugador era importante para el club, o por lo menos eso dejaba entrever en diversas declaraciones. Lo cierto es que tras un mercado invernal un tanto alborotado en el entorno del jugador inglés en el que se rumoreaba que su destino inmediato estaba fuera del club, Rooney se mantuvo en el club. Pero este hecho no cambió para nada la situación de Wayne en el club. Y es que Rooney parece haber perdido el sitio en la plantilla por completo, y lo que es peor, la plantilla no lo está acusando en absoluto.
Echando la vista atrás, Wayne parece llevar toda una vida sobre los verdes ingleses. Pero lo cierto es que ese chico pelirrojo y con pecas al que le gustaba compaginar el futbol con el boxeo empezó a deslumbrar allá por 2002. Esa fue la temporada de su debut en Premier League y la de su primera gran actuación, con la que cortó la racha de imbatibilidad del Arsenal de los Invencibles. Desde esas primeras tardes con el 18 toffee a la espalda la carrera del chico de Coxworth fue mejor de lo que él podría haber soñado jamás, hasta convertirse en la figura que es ahora . Wayne Rooney ha sido uno de los mejores jugadores de la Premier League en el siglo XXI, y uno de los mayores emblemas de los últimos años de la “era Ferguson” en Old Trafford, sin duda, la más gloriosa en la historia de los red devils.
Su palmarés es envidiable. Cinco Premier League, tres Copas de la Liga, cuatro Community Shield, una FA Cup, 1 Champions League y 1 Copa Mundial de Clubes. Por si no fuera suficiente, hace pocas semanas se convirtió en el máximo goleador de la historia del Manchester United con 250 goles, superando la famosa marca de 249 goles de Sir Bobby Charlton. Minucias.
A ojos de cualquier apasionado de la Premier League, que un jugador de la talla de Wayne Rooney pueda haber dado todo lo que tenía a su máximo nivel a la edad de 31 años deja un sabor amargo, sobre todo, sabiendo que en el mismo vestuario hay un tal Zlatan Ibrahimovic con 25 goles en su haber esta temporada con 36 primaveras bajo el brazo.
Y es que a falta de menos de dos meses para que concluya la temporada, su salida del United parece más probable que nunca. Con fuerza suenan, sobre todo, dos destinos para el jugador de Liverpool; el Everton FC, club en el que se inició y en el cual se formó para luego ser vendido al Manchester United por 26 millones de libras, y la Major League Soccer, liga en la que ya han dejado su huella muchos jugadores de su talla buscando su particular final del cuento de hadas. De concretarse estos rumores, se confirmaría que tanto el jugador como el técnico del club de Manchester empiezan a pensar como muchos de sus aficionados. Y es que los mejores años de Wayne, le guste o no a Mourinho, sí parecen haber pasado.