Nicolás MEDIAVILLA | Argentina | En un partido en el que primaron las patadas voladoras, las faltas desmedidas (38), las simulaciones más teatreras y sobre todo las tarjetas amarillas (dos para el local, siete para el visitante), no se puede esperar gran cosa.
En un partido en el que el gran protagonista se llamó Silvio Trucco, colegiado al que el Superclásico Copero le quedo enorme, hasta el punto de dudar si se olvidó la tarjeta roja en el vestuario, ya que dejo en la cancha a Leonardo Ponzio tras cuatro fouls imperdonables en el primer tiempo, no se puede esperar gran cosa.
En un partido en el que River, ese equipo que a ratos nos creaba un ligero déjà-vu y pensábamos que ese juego lo habíamos visto el fin de semana pasado en la Bundesliga, concretamente en el Bayern Munich, no es capaz de realizar ni un tiro al arco, y Boca, equipo con esa mística copera que nadie sabe cómo ni por qué la tiene, ganador de los tres enfrentamientos anteriores entre ambos equipos en competición internacional, no le puede hacer un gol de local, dejando así todos los deberes para hacer en el partido de vuelta en El Monumental, no se puede esperar gran cosa.
Hemos visto nervios, hemos visto imprecisiones, hemos visto agobio. ”La 12” aprieta y Boca notó el aliento de la barrabrava en la nuca. El equipo local fue de más a menos pero no le alcanzó. River por su parte, tiene la esperanza de que en su estadio, con su gente y con su juego “habitual” pueda salir victorioso en la eliminatoria. Nosotros, por nuestra parte, lo único que deseamos es que el espectáculo lo dé el futbol y no otro árbitro con afán de protagonismo.
El próximo jueves, 20:45hs (hora ARG) por la TV Pública y Fox Sports Sur en Argentina y Gol Televisión en España, veremos quién es el equipo argentino que representa al país en la final de la Copa Sudamericana. El rival será Sao Paulo (Brasil) o Atlético Nacional (Colombia), con ventaja para los colombianos tras la ida.
RIVER PASA ganando el partido en los 90 minutos o empatando a cero y ganando en los penales.
BOCA PASA ganando el partido, con cualquier empate con goles o empatando a cero y ganando en los penales.