Aires de cambio en la Sevilla verdiblanca. Cambio de nombres, de sistema, y también de actitud y de sensaciones sobre el campo. El nuevo Betis de Víctor Sánchez del Amo, que cumplió con la promesa de alinear a once lobos en el encuentro, saltó al césped de un poblado, expectante y anhelante Villamarín, con tres centrales y dos carrileros, los cuales enseguida alargaron al equipo hasta situarlo en la mitad adversaria, ayudados también por una agresiva labor en la presión, ejecutada especialmente sobre Roque Mesa, eje de la UD Las Palmas, que otorgó a los béticos la posesión y convirtió el partido en un duelo de alto ritmo sin apenas tregua.
Pese a la ambiciosa, por voluntad de robo alto y verticalidad, e inteligente disposición, por neutralizar de forma muy notable las grandes virtudes de los de Quique Setién, al Betis le costaba encontrar remates francos entre los tres palos de Javi Varas. La intención, sin embargo, no desistió y un córner botado con veneno por el pie privilegiado de Joaquín al primer palo, acabó convirtiéndose en el primer tanto verdiblanco tras el toque involutario de Lemos en pugna con Bruno, que acabó colándose en la red en el minuto 27 de partido.
Los canarios, por su parte, solamente pudieron sacudirse de manera ocasional el claro dominio local antes del descanso, a través de su depurada técnica asociativa , aunque hoy inconexa, con sendos disparos de Sergio Araujo y de Kevin-Prince Boateng desde el margen izquierdo del área, aunque ambos fueron taponados por la concentrada zaga verdiblanca.
Pero ni Joaquín, ni Mandi estaban dispuestos a conformarse con el botín ya cosechado y en la última jugada del minuto añadido por el colegiado a la mitad inicial, decidieron repetir la acción del primer gol… con el mismo exacto resultado, aunque con un finalizador diferente. Segundo balón estudiado al primer palo desde el córner por parte del portuense y remate franco del central argelino a escasos centímetros de la línea defendida por Varas muy libre de marca. Y con los dos tantos siameses, el regreso de la ilusión a las gradas del Villamarín era ya tan incontenible como evidente tras haber estado constreñido cada vez más durante las once jornadas anteriores.
Las opciones de generar peligro de Las Palmas seguían reduciéndose a la jugada posterior a ciertos errores puntuales en la salida bética, aunque sin puntería, y el ritmo del juego fue decayendo de manera progresiva de manera lógica sin que los de Quique Setién encontrasen la forma de meterle mano al partido en ningún momento, ante un Betis que no permitió atisbos de rebelión durante toda la segunda parte salvo dos arrebatos de un activo Vicente Gómez en el tramo final que obligó, con un gran zurdazo lejano, a Antonio Adán a realizar una gran parada en el 82′ que evitó que un partido prácticamente cerrado se le complicase al Betis en los últimos minutos.
LO MEJOR: El reseteo verdiblanco. En menos de una semana de trabajo, Víctor ha conseguido la reconciliación entre equipo y grada con un juego intenso y tácticamente pragmático e inteligente que no ha podido obtener unos mejores resultados de una forma más rápida. La senda a seguir ya está marcada y el Villamarín vuelve a sonreír.
LO PEOR: La falta de reacción de Las Palmas a la hora de sobreponerse a un marcador adverso, especialmente cuando juega fuera de casa. Lejos de la isla, los pupilos de Quique Setién únicamente han conseguido ganar un partido en lo que llevamos de temporada y fue ante el Valencia en Mestalla en la primera jornada liguera.
JUGADOR SPHERA (MVP): Joaquín
NOTAS (de aplicación en ligas de Futmondo)
Betis: Adán (7); Piccini (6), Bruno (7), Mandi (8), Pezzella (7), Álex Martínez (6); Petros (7), Donk (6), Ceballos (6); Joaquín (8), Rubén Castro (6).
Sustitutos: Sanabria (5), Musonda (5), Brasanac (5).
Las Palmas: Javi Varas (5); Míchel Macedo (5), Lemos (6), Bigas (6), Dani Castellano (5); Roque Mesa (6); Momo (5), Jonathan Viera (6), Tana (5), Boateng (6); Araujo (5).
Sustitutos: David García (5), Vicente Gómez (6), David Simón (5).