Llevaba sin marcar un gol desde noviembre de 2019. Casi tres años sin ver puerta, desde antes de la pandemia. Fue tan solo unos meses después de aterrizar a orillas del Turia, y su buen cabezazo en un saque de falta sirvió para abrir el marcador ante un Sevilla que acabó ganando 4-3 (en ese partido se metió en propia también). Ha llovido mucho desde entonces, y Berta Pujadas ya no es ni mucho menos la misma.
Logró superar el mal trago del primer año, con difícil adaptación (era la primera vez que dejaba Barcelona) y con el covid-19 entrando en escena. Acabó siendo crucial, porque el Valencia CF estaba en puestos de descenso en el momento en que se decidió suspender la competición. Borrón y cuenta nueva al año siguiente, donde se convirtió en indiscutible: 31 partidos, todos como titular, 2744 minutos. El Valencia acabó noveno con un equipo que rebosaba juventud y con José Bargues en el banquillo. Su segunda, Andrea Esteban, ocupó el banquillo en la 20-21, la más dura para Berta, pues sufrió una importante lesión en la jornada 5 en un choque ante el Sevilla.
Corría el minuto tres de partido cuando notó un chasquido en la parte externa de la rodilla. La central del Valencia tuvo que ser sustituida, y aunque pronto se descartó la rotura de ligamento cruzado, se vio obligada a pasar por quirófano y someterse a una artroscopia. Se vio obligada a pasar casi seis meses fuera de los terrenos de juego. Se lesionó en octubre y reapareció a finales de marzo, siendo titular en la victoria en el derbi frente al Villarreal (2-1). No fue una temporada fácil, con el conjunto che coqueteando con el descenso casi hasta el final. Logró la permanencia en la penúltima jornada, con un meritorio empate ante un Real Madrid que luchaba por meterse en Champions. Berta jugó el partido entero y su equipo no encajó gol (0-0).
Pujadas volvió a hacer borrón para afrontar una temporada más ilusionante, con un equipo que crece desde el colectivo y con jóvenes promesas que se van convirtiendo en realidades. Es el caso de Berta, que a sus 22 años ya es pura jerarquía y carácter. No es de extrañar que, pese a su juventud, sea una de las capitanas del equipo junto a Marta Carro, Bea Beltrán y Paula Guerrero. El sistema empleado en muchas ocasiones por Andrea Esteban, con una defensa de tres y carrileras, permite a Berta aventurarse de vez en cuando a posiciones de ataque, algo que le encanta. Así llegó precisamente su gol frente al Alhama: recibió un pase adelantado en el costado izquierdo y buscó con un envío largo a Asun Martínez. Al final el balón le cayó a la alicantina, y en ese tiempo aprovechó Berta para subir hasta la frontal. Recibió y no se lo pensó. Su disparo se fue muy centrado, pero Noelia Gil no estuvo fina y el balón se escurrió tras ella. Era el 0-1 y el gol que valía tres puntos para el Valencia CF, que se aúpa hasta el séptimo puesto.
Berta vuelve a ser importante, hasta el punto de haber disputado todos los minutos en juego (junto a Enith Salón, la guardameta, y Anna Torrodà, Maca Portales, Anita Marcos y Kerlly Real). Y lo más importante: vuelve a sonreír.
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