Italia está viva por joyas como estas; Verratti, Insigne o Bernardeschi son la gran esperanza del fútbol italiano. La madurez de estos sobre el verde a su temprana edad sirve de aliciente sobre lo que se puede venir en un futuro no tan lejano y más bien cercano. En el caso del viola, resulta muy similar al del napolitano Lorenzo Insigne; toscano y napolitano de cuna respectivamente, los dos han visto sus sueños cumplidos al defender cada domingo los colores de su ciudad. No importa que durante el crecimiento de uno y otro, Fiorentina y Napoli fueran refundados y creciendo desde las categorías inferiores hasta ser lo que son a días de hoy. Vestir la maglia de los violas para Federico Bernardeschi ha sido su objetivo desde bien pequeño aún rechazando ofertas jugosas de otros lugares apetecibles de Europa.
foto Matteo Gribaudi/Image Sport
El joven talento toscano nació en Carrara, un municipio de la región de Toscana a escasos 100 kilómetros de Florencia. En el mismo lugar donde nació el portero de la selección y líder indiscutible de la Juventus de Turín, Gianluigi Buffon. Desde bien pequeño con solo 9 años ingresó en las categorías inferiores de la Fiorentina y solo su paso por el Crotone para foguearse y pulir los últimos retoques antes de su gran aparición en el fútbol italiano, fue su única salida lejos de la ciudad. Antes de salir hacia la región de Calabria, ya apuntaba maneras con el primavera viola. En su única temporada en el Crotone, coincidió con Cataldi y Crisetig, otros talentos de Lazio y Bologna respectivamente. En su curso intensivo para paliar y mejorar todo lo aprendido, fue pieza fundamental para alcanzar los play-off de ascenso a Serie A con 12 goles y 7 asistencias a lo largo de la temporada.
Con todo esto, su temporada 14/15 con su regreso a Florencia era esperanzador. Fogueado y preparado para dar el salto al primer nivel. Con Rossi lesionado de su enésima lesión de rodilla, era su oportunidad. Pero con apenas 10 jornadas disputadas y no más de 100 minutos sobre el Artemio Franchi, su tobillo dijo basta. Fue curiosamente ante el Napoli de Insigne y hasta Mayo, el jugador italiano se quedaba en el dique seco.
Desde ahí hasta el amistoso frente al F.C.Barcelona, el jugador italiano dejó de ser noticia. En una pretemporada donde trabajó en su puesta a punto, este año sí, las convicciones del jugador y de su entorno le hicieron adueñarse del 10 a la espalda. Las comparaciones son odiosas y desde entonces muchos le compararon con Baggio, ídolo viola. Frente a los culés, no le hicieron falta más de 10 minutos para anotar por partida doble en un partido donde la zurda toscana volvió a ser noticia. El partido fue un muestrario de todo lo que Federico podía hacer sobre el campo.
Caído en banda derecha o centrado por detrás del punta con un notable juego de espaldas, demuestra un desparpajo constante, ese fútbol de la calle que tantos ansían, el inequívoco espectáculo o provocación que tanto gusta, una rapidez endiablada de piernas para apuntalar con su zurda el remate final. Todos los zurdos son diablos y Bernardeschi no podía ser menos.
En Italia, han habido zurdas magistrales, Gabbiadini y Diamanti, las últimos. Zurdas excepcionales en el trato y golpeo de balón. No lo lanzan, lo escupen cuidadosamente. En esta temporada, tras su recuperación total y su carta de presentación frente al F.C.Barcelona, el jugador se ha hecho un hueco en el once titular de Paulo Sousa. Cinco goles y cuatro asistencias en lo que llevamos de temporada no justifican todo lo que aportado el jugador al equipo viola. Estos últimos meses con la recaída de la Fiorentina, Bernardeschi ha sido el mejor. Espigado y de buena zancada ha hecho olvidar a los Cuadrado, Salah o Joaquín, dueños de la banda derecha en los últimos años.
Conte tiene dudas y según la prensa italiana tiene preferencia por Bernardeschi por encima del napolitano, Lorenzo Insigne. Casi seguro que uno de los dos o ambos estarán en la próxima Eurocopa. El futuro firenze e italiano pasa por sus botas. Las de un jugador completo, humilde y preparado para seguir progresando. De momento, su objetivo es clasificar a la Fiorentina en la próxima edición de la Champions League, objetivo que se ha complicado tras el último empate ante el colista de la Serie A, el Hellas Verona. Desparpajo, regate y golpeo. Puede que en unos años sea el paisaje más bonito de la Toscana donde mirar.