En el deporte de competición no se puede ‘echar de menos’ a alguien. Cuando esto pasa es mala señal. Y en el caso del RB Leipzig así fue. La salida de Julian Nagelsmann con rumbo a Baviera, su casa, trajo consigo un halo de incertidumbre, rebajada por la elección final del que iba a ser su sustituto, Jesse Marsch, un hombre ‘de la casa’ que había pasado ya por las estaciones de Nueva York y Salzburgo antes de aterrizar en Leipzig. Con él la ilusión se pretendía mantener y, desde un principio, hacer olvidar a Nagelsmann o, al menos, minimizar la añoranza hacia su persona y su labor con el club. Sin embargo, ese cambio nunca dio sensación de ser una apuesta de garantías. La que era una de las mejores defensas de la élite alemana se volvió muy endeble y, en ataque, cuando conseguías maniatarles eran prácticamente inofensivos. Si a eso le suman que en Champions League le tocó enfrentarse a dos cocos como Manchester City o París Saint-Germain, pues mayor motivo aún para dudar.
Marsch nunca dio con la tecla y su segunda etapa en Leipzig se acabó en diciembre. ¿Había tiempo para remontar el vuelo? Lo había. Pero las alas estaban cansadas. En el momento en el que Jesse Marsch abandona el barco, el Leipzig es 11° en la clasificación. En Europa consiguió avanzar, pero cambiando la Champions por la Europa League. Era un mal momento para el club de los toros rojos. Un proyecto concebido para el éxito que se estaba metiendo en medio del pueblo llano. La marcha de Marsch activó el radar y, aunque sonaron varios ‘de la casa’, el elegido final fue Domenico Tedesco, un entrenador bien considerado que, en su primera etapa en Alemania vivió las mieles del éxito tras acabar segundo en Bundesliga en 2018, con el Schalke 04. Y, tras el éxito, en batacazo, aunque no fue del todo culpa suya, sino de la crisis de la institución de Gelsenkirchen, provocada, entre otras cosas, por la pandemia.
Tedesco fue muy querido en el Veltins Arena pero la situación arrasó con él. Tras un paso por Rusia aceptó volver a dirigir en Bundesliga y no a cualquier club. Su misión era enderezar el camino de los toros, batir las alas de nuevo. Y vaya si lo ha conseguido. Sus intenciones eran claras y se vieron reflejadas desde el primer momento. El técnico ítalo-germano recuperó a la plantilla, dio motivos para creer. Jugadores como Angeliño, Dani Olmo o Gulacsi recuperaron la confianza y, lo que es mejor, Christopher Nkunku se convirtió en protagonista, dándole el papel de secundario a otros a los que les ha tocado tirar del carro. Nkunku ha sufrido una metamorfosis de esas dignas de estudio. Juega en punta, con André Silva, pero el portugués no termina de dar el paso definitivo, de evocar a aquel André Silva del Eintracht Frankfurt, que fue una excepción. Con Nkunku haciendo funciones de goleador, el otro objetivo era encontrar a alguien que se le asociara y el francés encontró a un Dani Olmo que no estuvo prácticamente con Jesse Marsch por reposos y lesiones varias. La recuperación del internacional español fue clave, como también lo fue el despertar de Angeliño, que había tenido algún encontronazo con el norteamericano. Y aún queda integrar más aún a Szoboszlai y darle más galones. Juntar a tres futbolistas con las características de Dani Olmo, Szoboszlai y Nkunku no es fácil.
La forma de ver el fútbol de Tedesco y Nagelsmann no son tan diferentes. No en vano, son técnicos jóvenes, con un punto de vista fresco, a los que les gusta el balón. El ser compañeros de promoción quiere decir mucho ahí. Esa promoción en la que Tedesco superó a Nagelsmann y a todos, siendo el número uno. Ahora todo cambió y, aunque la Bundesliga no sea ya un objetivo posible hay otros dos frentes abiertos que merecen la pena. No hay duda ninguna de que en Leipzig lucharán hasta el final por conseguir sus dos primeros títulos en la élite, uno nacional y otro continental. Ganando la DFB Pokal tendría plaza en la Europa League; conquistando la Europa League sería equipo de Champions. ¿Por qué no? Ahora que el club ha recuperado el camino y empiezan a salir las cosas, no hay nada descartable.
Imagen de cabecera: @RBLeipzig
