La renovación de Barbra Banda en verano fue todo un bombazo. En apenas unos meses, una jugadora del todo desconocida pasaba a convertirse en una de las estrellas de la Primera Iberdrola. Fue de lo más frenético y supuso un subidón para el EDF Logroño, que contra todo pronóstico logró retenerla y ampliar su contrato hasta 2022. Era un golpe sobre la mesa ante las aspiraciones de clubes con más presupuesto y varios escalones por encima, y una señal de que el club riojano no se iba a conformar con la permanencia en su primer año en la élite.
Ni mucho menos. En esta Primera Iberdrola 19-20 está siendo uno de los conjuntos más atractivos de ver, gracias en parte a su enorme potencial ofensivo y su facilidad para atacar los espacios a la contra. A comienzos de curso era uno de los candidatos al descenso y ahora le saca 12 puntos al Betis y 20 al Espanyol, los dos últimos clasificados, algo en lo que la zambiana tiene mucha parte de culpa: ha participado en 11 de los 27 tantos con siete goles y cuatro asistencias, números espectaculares para una futbolista con poco más de un año en España.
Su llegada el curso pasado a Logroño fue como una bombona de oxígeno para un equipo que sufría lo indecible para sacar adelante los puntos y que se encontraba con la soga al cuello. Mérito del director deportivo del EDF Logroño, Fernando Martínez, que la descubrió en los partidos de clasificación para la Copa de África y los Juegos Olímpicos y se adelantó a clubes como el Arsenal. Aunque no pudo debutar hasta noviembre por problemas burocráticos, pronto causó sensación. Marcó cinco goles en cinco partidos, algunos de ellos espectaculares, aprovechando su temible zancada y una potencia a la altura de pocas en la Liga.
Acabó la temporada con ocho goles y una asistencia (en 17 partidos), cifras que ya iba camino de superar esta campaña. Su gran exhibición fue el pasado septiembre, cuando endosó un hat-trick al CD Tacón (futuro Real Madrid) en un impactante 5-1. Junto a Jade Boho, había formado una sociedad escandalosa que sumaba 17 goles hasta la fecha.
Que su futuro pintaba lejos de un club modesto como el EDF era evidente; la pena es que sea a más de 10.000 km de distancia. Banda se marcha a la Superliga china en un traspaso donde al menos dejará un buen pellizco. La primera futbolista zambiana en jugar en Europa es, a sus 19 años, una jugadora con atisbos de futura crack mundial, destinada a regresar pronto de su aventura asiática y volver cuanto antes al viejo continente, o dar el salto a la liga estadounidense. El tiempo lo dirá, pero lo que es seguro es que la Primera División española pierde a uno de sus diamantes más brillantes.
Foto: @EDFfemenino
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