El Atlético de Madrid se convirtió el pasado año en el Campeón de Liga, además de ser finalista en la Champions League y conquistar la Supercopa de España. Tres méritos en poco menos de un año que, sin embargo, han pasado desapercibidos tanto por la FIFA, como por la LFP.
El Atlético de Madrid sólo tuvo a Diego Pablo Simeone como representación del equipo rojiblanco en la pasada gala del Balón de Oro. Su coraje y sacrificio le hacían ser uno de los candidatos meritorios para convertirse en el mejor entrenador del año. Competía con un Campeón del Mundo, Joachim Löw, y con Carlo Ancelotti, el hombre que encontró la fórmula para que en el minuto 93 el Real Madrid se convirtiera en el campeón de la Champions League. Finalmente, fue el alemán el que se llevó el galardón.
Méritos no le faltaban al germano, pero más allá de esto lo que más molestó a los rojiblancos fue el desplante que la FIFA hizo hacia su plantilla de jugadores. Ni un solo futbolista rojiblanco estuvo presente en la gala del Balón de Oro, pues ninguno de ellos fue preseleccionado para entrar en el once ideal. Fueron muchos los que criticaron que David Luiz y Thiago Silva fueran los elegidos, en vez de la pareja de centrales formada por Miranda y Godín.
Pero esto no extrañó al Atlético de Madrid. No sólo parecen ser inexistentes para la FIFA, también lo fueron para la Liga de Fútbol Profesional. Tampoco en la gala de la LFP se reconoció el esfuerzo de un equipo que sobrevivió a la presión de Real Madrid y FC Barcelona en la pasada temporada de Liga. El único que subió a recoger un premio entonces fue Diego Pablo Simeone, esta vez sí, elegido como mejor entrenador. Pero los galardones acabaron aquí, pues la LFP consideró que Keylor Navas estuvo por encima que Courtois -entonces portero del Atlético de Madrid-, y Luka Modric sobrepasó a la gran temporada de Koke.