Siempre se ha escuchado que la afición del Atlético de Madrid es diferente; ni mejor ni peor, simplemente diferente. Algunos les tachan de locos. Y lo son, vaya si lo son… Solo ellos son capaces de creer en lo que nadie cree. “La fe mueve montañas” dicen, y a ellos les mueve Simeone y los suyos.
Bien es cierto que siempre ha sido así. El Atleti, a lo largo de su historia, ha pasado momentos muy complicados con situaciones que cuesta encontrar en otro club si queremos hacer una comparación. Sin duda uno de los peores, el descenso a Segunda. Volvió. Y, tras unos años, sin hacer ruido en la zona media de la tabla, comenzó el despegue de un equipo que ahora vuela en lo más alto. El motor: su afición.
Son de los que expresan en la grada tanto para bien como para mal. No por mostrar su disconformidad en determinados momentos quieren menos a su equipo. Pero cuando las cosas van mal y el resto del mundo toma como objeto de burla al Atlético de Madrid, ahí están ellos para no dejarse pisar porque como bien dijo un Sabio “y usted no pise ese escudo”.
La buena racha que ha tenido en estos últimos años el club rojiblanco ha provocado que los aficionados se multipliquen llegando a cifras históricas si de socios hablamos. Lo que se suma a que la exigencia sea mayor a todos los niveles, pero sobre todo deportivamente. Antes, si el Atlético se clasificaba para jugar Champions era un milagro; ahora, no pasar de fase grupos es un fracaso. Sus rivales le ven como uno de los “cocos” en los sorteos. ¿Por qué? Porque son los que a base de trabajo, esfuerzo y fe han llegado donde nadie les creían capaces.
Y sí, capaces de lo mejor y lo peor. De sacar la garra al final y hacer botar a más de 65 000 personas con un gol cuando todo se daba por perdido. Con sus delanteros pasando un mal momento, el juego sin terminar de salir, afición y equipo acomodándose a su nueva casa donde el ambiente, hasta el día que llegó la Roma, no se parecía ni un poquito a la caldera del Vicente Calderón en sus buenas noches. Pero otra vez a creer. A creer en que un equipo de Azerbaiyán te de el empujón que necesitas para continuar la andadura en Europa. A creer en que la Roma, ese equipo con el que inexplicablemente empataste a cero en el Olímpico, no tenga su mejor partido ante el Qarabag. A creer en: Oblak, Moyá, Werner, Savic, Godín, Lucas, Giménez, Filipe, Juanfran, Vrsaljko, Koke, Thomas, Augusto, Saúl, Carrasco, Gaitán, Correa, Vietto, Gameiro, Griezmann y Fernando Torres. A creer en ti, capitán Gabriel Fernández. A creer en Simeone, el ‘Profe’ Ortega, el ‘Mono’ Burgos y los que les acompañan. Porque si hay alguien que se haya ganado que se crea en ellos, sois vosotros. Porque no hay nada más bonito que creer, aunque no sepas bien por qué.
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