El Giro vuelve a apostar por lo que le funciona. Mucha montaña, muchos puertos de paso, muchos nombres míticos en su orografía, algo de media montaña y una decente cantidad de contrarreloj para dar forma a una carrera cuyo recorrido da ganas de adelantarse en el tiempo hasta el 5 de mayo, día en el que dará inicio en la ciudad sarda de Alghero.
Los tres primeros días de la edición centenaria del Giro d’Italia circularán por Cerdeña, patria además del que será uno de los favoritos confirmados en carreras, el ídolo local Fabio Aru. Desde Alghero -único lugar de Italia donde se habla catalán” parando en Olbia, Tortolì -con un recorrido quebrado- y la capital Cagliari antes de saltar a la otra gran isla italiana, Sicilia.
Sin tiempo para digerir el vuelo llega la primera etapa de alta montaña el cuarto día: el ascenso al Monte Etna, tras un recorrido complicado, puede romper las primeras piernas. Luego varias etapas más sencillas por el sur hacia Messina -casa de Nibali-, Terme Luigiane -en la Calabria-, Alberobello -cruzando la Lucania- y Peschici -en el Gargano- en las que se hecha de menos una mayor presencia de la media montaña.
La primera semana se cerrará con el segundo ascenso de alta montaña al durísimo Blockhaus (10km al 10%) en el corazón de los Apeninos. Aun sin dificultades previas, será una gran piedra de toque para todos los favoritos antes del día de descanso. Y tras el reposo, la primera contrarreloj: más de 39km en la provincia de Perugia, con un recorrido difícil por la Umbria para ciclistas todoterreno.
Al día siguiente, preciosa etapa por los Apeninos Tosco-Emilianos entre Florencia y Bagno di Romagna, con cuatro puertos de montaña y final en descenso. Con la crono será lo más destacado de la segunda semana, que seguirá camino al norte con etapas en la Emilia, una etapa unipuerto en Oropa de poco más de 100 kilómetros, con final en alto, y un bonito final en Bérgamo el domingo antes del segundo día descanso.
En la última semana, los fuegos artificiales: la etapa reina con Mortirolo, Stelvio y el inédito Umbrailpass abre los juegos en los Alpes con 227 kilómetros; luego otros 219 kilómetros rompepiernas hasta Val di Fassa; una etapa explosiva de 137 kilómetros -reina si no fuera por la distancia- con cinco pasos de montaña: Pordoi, Valparola, Gardena, Pinei y final en Ortisei.
Para el final quedarán dos etapas más ligeras con final en Piancavallo -duro ascenso aunque hay poco desgaste anterior ese día- y en Asiago (previo paso por Monte Grappa y Foza). Y habrá competición hasta el último día puesto que habrá una contrarreloj llana de 28 kilómetros el último día en Milán.
A la espera de que se definan quiénes serán los participantes en este Giro, un año más los ciclistas que se presenten en la salida de Cerdeña tendrán recorrido de sobra para dar un espectáculo digno al espectador. La Corsa Rosa no decepciona.
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