El Cortijo Club de Campo (Telde, Las Palmas, Gran Canaria, Islas Canarias) ha visto como, 12 años después, el tenis ATP Challenger ha vuelto a Canarias. Fue en 2009 en Tenerife y entonces de 30.000€ más hotel de categoría. Ahora han sido dos torneos consecutivos y de 45.000€ cada uno y 80 puntos. Nunca antes Canarias había organizado algo así. Y, al frente de todo ello, alguien que conoce las islas y el tenis perfectamente como David Marrero (Las Palmas, 1980).
No está ni mucho menos retirado (no quiere ni escuchar esa palabra), pero estas dos semanas, David se ha estrenado como director de torneo. El balance es muy bueno, aunque siempre hay cosas que mejorar. Dos semanas de tenis en Gran Canaria las analiza su director en Sphera Sports.
“El balance es muy positivo. Desde que empezamos a trabajar, en las instalaciones y zonas de jugadores, todo han sido facilidades. Todos han respondido: público, autoridades, instituciones y jugadores. También todas las partes de la organización desde MEF Tennis Events (organizadora del torneo), voluntarios, transporte, pisteros, catering y hotel. Desde un principio todo han sido facilidades. El balance final es de sobresaliente”, arranca David.
El tenis en Gran Canaria sí que ha tenido público. El 50% de la capacidad de las gradas. Y todos los protocolos implantados: “Se controlaba la temperatura de todo el que entraba a las instalaciones, gel desinfectante, mascarilla en todo momento, prohibición para el público de estar en las zonas comunes con los jugadores. Nuestra mayor preocupación era separar el torneo del público por la pandemia”.
Organizar un torneo Challenger no es algo menor. Es el segundo circuito de la ATP, el trampolín a la élite. Y, en el caso canario, el torneo de mayor categoría celebrado nunca en las islas y 12 años después del último: “Que vuelva el tenis tras 12 años y se disputen los mayores torneos de la historia de la isla, es histórico. Para el público y los muchísimos jugadores jóvenes que intentan hacerse un hueco, lo han vivido de cerca. Han trabajado como recogepelotas para estar cerca de sus ídolos. Vivir el tenis en primera persona supone una motivación e ilusión extra. Para el tenis canario es un sueño hecho realidad. Vinieron niños de todos los clubes de la isla con sus padres y entrenadores. Los torneos han llegado en el mejor momento para demostrar que se puede competir al mas alto nivel incluso en pandemia. Y que vean en primera persona los sacrificios que supone competir a este nivel y estar siempre fuera de casa”. Algo más allá del propio torneo.
David ha debutado como director, aunque incorpora dos décadas de experiencia en el circuito. Y el trabajo del director es controlar que todo esté bien: “Los jugadores han mostrado su felicidad y su cariño con las instalaciones y la organización. Me he preocupado constantemente de que todo estuviera bien: pistas, transporte, restaurante, encordado hotel… Nunca recibí una mala palabra y eso es fruto de un trabajo previo. como director para mí ha sido una experiencia inolvidable”.
Ser la cabeza de la organización supone hacer ese trabajo que no se ve, pero sin el cual el torneo no funciona. El ‘lado oscuro’, en palabras de Marrero: He visto el tenis desde el ‘lado oscuro’, pero no lo ha sido. Intentar que todo esté en su lugar y que lo que hubiera que arreglar se solucionara lo antes posible. Hacer que los jugadores, estando fuera de su entorno, se sintieran como en casa. Y creo que lo hemos conseguido”.
Por muy bien que salga algo, siempre se podrán mejorar cosas. siempre. Por muy menores que sean. Y aquí David tiene claro lo que deben mejorar: las pistas: “Al no tratarse como años anteriores por la pandemia y por haber estado tres meses sin salir de casa y sin trabajarlas no se han podido tratar como debían. Hay que sumarle el trato y el castigo que han recibido las pistas no acostumbradas a este tipo de jugadores: corriendo, resbalando y pisando. Eso se nota diariamente en una pista de tierra. Apenas teníamos tiempo de tratarlas porque estaban siempre ocupadas entrenando o jugando. A veces se nos hacía complicado prepararlas. También es cierto que, como jugador, hemos jugado en sitios peores. Ningún jugador se ha quejado o ha dicho nada al respecto así que estoy feliz”.
Tras dos semanas de tenis, dos torneos consecutivos tras 12 años de ausencia de tenis Challenger, el balance es necesario y obligatorio: positivo, pero con apuntes a mejorar. Mejorar la vigilancia en las zonas de jugadores, aumentar el transporte para los voluntarios o unificar las máquinas de encordar: “Son detalles que se escapan porque estás pendiente de todo”, sentencia Marrero. “En líneas generales ha sido un éxito, estoy muy contento por el resultado y por ver felices a los jugadores tras las dos semanas. Me han dicho que, si seguimos trabajando igual, no dudarán en volver el año que viene a Gran Canaria”. Palabra de director.
Imagen de cabecera: Imago
Madrid. Periodista y CCMM. Redactor en @elcontragolpe_ Gestiono @ATPsphera Antes en @franquicianet portal de @t4franquicias Punto de Encuentro y EL MUNDO
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