A lo largo de la historia del fútbol, como cuento en el libro ‘La soledad del portero’, siempre han existido guardametas especiales. Tipos que no se limitaban sólo a detener los balones que les llegaban, sino que adoptaban un rol más protagonista en pos del espectáculo. Así, metas como Gatti, Higuita, Germán Burgos o Janot elevaron a una nueva dimensión la posición de cancerbero.
Pero todavía por encima de ellos emergen dos figuras, una de ellas todavía en activo, que pasarán a la historia por ser los arqueros goleadores. Sí, han leído bien. José Luis Chilavert (Paraguay, 1995) y Rogerio Ceni (Brasil, 1973) se han convertido en auténticos Chilavert y Ceni, transgresores de su posición. Mientras que el meta paraguayo se retiró con 62 goles en su haber, Ceni acumula 117, una cifra que podría aumentar, teniendo en cuenta que no abandonará la práctica del fútbol hasta diciembre.
Las estadísticas de ambos metas son impresionantes. Chilavert, que fue considerado el mejor portero del mundo en 1997 y 1998, marcó su primer gol el 27 de agosto de 1989 en un Paraguay-Colombia perteneciente a las eliminatorias de la Copa América. Fue de penalti y el equipo paraguayo acabó ganando por 2-1. Su último tanto, el 62, llegó catorce años después, en este caso en un encuentro liguero. Chilavert, que en el año 2003 defendía la elástica del Peñarol, le marcó un tanto de libre directo a Deportivo Colonia, para redondear una victoria de 5-2. Chilavert llegó a anotar dos goles de jugada en sus veinticuatro años de carrera, y también firmó un doblete en dos ocasiones.
Por su parte, Rogerio Ceni es otra leyenda viva del fútbol mundial. Firmó su primer gol en 1993, con veinte años de edad y en las filas del Sao Paulo, y tan solo en 2014 acumula cuatro goles en Liga, uno en Copa Estatal y uno en Copa Nacional. El brasileño, que prácticamente ha desarrollado toda su carrera deportiva en el Tricolor, ostenta un escalofriante récord de 21 goles en una misma temporada, una cifra bastante superior a la mayoría de jugadores de campo. Esto ocurrió en el año 2005, cuando Ceni anotó diez goles en Liga, cinco en Copa y seis en Copa Libertadores.
Aunque el de Pato Branco nunca se consiguió asentar como titular en la selección brasileña, tuvo tiempo para jugar 17 partidos y ganarse el sobrenombre de El Pelé del arco. Sus goles, siempre recordados, han dejado una huella imborrable en la historia del fútbol mundial, demostrando que, aunque no sea lo común, los porteros también marcan.
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