El Atlético de Madrid consiguió ‘in extremis’ una victoria vital en su aspiración de lograr el billete directo a los octavos de final de la Champions. Julián Alvárez fue el héroe rojiblanco, logrando un doblete que sirvió para remontar al Bayer Leverkusen. El Metropolitano fue testigo de otra noche de locura europea en la consagración del nuevo ídolo arácnido colchonero.
Fue un ejercicio de fe y resiliencia por parte del equipo del Cholo, al que se le puso muy complicado el partido. La expulsión de Pablo Barrios antes de la media hora llenó de balón al cuadro visitante, que puso a prueba en más de una ocasión a Jan Oblak. Antes del descanso llegó el primer y merecido gol de los de Xabi Alonso. Piero Hincapié se elevó en el segundo palo para rematar de cabeza y batir al esloveno. Mazazo alemán en medio de un dominio persistente, que quitó la esperanza a muchos, pero no a todos.
El empate de Julián resume el partido. El argentino luchó incansablemente ante Tah un balón al espacio de Griezmann. Cuando parecía perder la batalla, la araña siguió combatiendo ante el central germano, terminando por ganar el duelo y definir majestuosamente ante Kovar. Un jugadón del argentino, emulando a grandes nueves que han pasado por el Atleti. Futre, Kiko, Torres, Agüero, Forlán, Falcao, Villa, Diego Costa, Suárez, y ahora, Julián Álvarez. Pero, no fue todo. El empate resucitó a los locales y encendió el Metropolitano, que alentó como en las grandes noches. “Nunca deja de creer”, dice el himno rojiblanco. Así fue.
Hincapié, quien había adelantado al Bayer, vio la segunda amarilla tras una falta sobre Giuliano en el borde del área. El ecuatoriano pasó de héroe a villano en una misma noche. Su expulsión supuso volver a la igualdad numérica, factor que fue determinante en el tramo final del partido.
En una velada milagrosa, no podía faltar Ángel Correa. De albiceleste a albiceleste. ‘Angelito’ le entregó un balón caído del cielo, no se sabe ni cómo, a Julián Álvarez, que por segunda vez perforó la portería visitante con una definición excelsa, a la altura de los mejores goleadores del mundo. El segundo del delantero arácnido a instancias del final desató la locura en las gradas en una viva imagen de lo que significa la euforia.
Una batalla de intensidad y pundonor que Simeone le ganó a Xabi Alonso, en su particular venganza por sus años de madridista. Paso de gigante del Atlético de Madrid hacia el objetivo de estar en los octavos de la Champions con un Julián Álvarez que ha llegado a Madrid con el propósito de marcar una era.