Desde hace ya muchos años, la Fórmula 1 apaga sus motores entre finales de noviembre y mediados de diciembre. Se hace de esta manera para que los pilotos y todos los trabajadores del Gran Circo puedan desconectar y pasar la Navidad con los suyos. Sin embargo, hubo una época que esto no sucedía. Hablamos de los años 60, cuando la Fórmula 1 disputaba Grandes Premios los últimos días de diciembre y en alguna ocasión, el primer día de enero. En los años 60, la Fórmula 1 acudía al hemisferio sur para celebrar el final o el inicio de una temporada.
En 1962 y 1963, en East London, Sudáfrica, se disputaron los últimos dos Grandes Premios de las respectivas temporadas, ambas con dos nombres propios: el de Graham Hill y el de Jim Clark. El 29 de diciembre de 1962, el circuito Príncipe George acogía el cierre de la temporada de Fórmula 1. Jim Clark llegaba a la cita como segundo clasificado del campeonato, justo por detrás de Graham Hill. El BRM de Clark partía desde la pole. Si quedaba primero en la carrera se proclamaba Campeón del Mundo. Sin embargo, una fuga de aceite en su monoplaza lo obligó a abandonar. Aquel año Graham Hill se proclamó Campeón del Mundo.
Jim Clark tuvo que esperar un año para poder redimirse. También en Sudáfrica, el 29 de diciembre de 1963, el circuito Príncipe George acogía de nuevo la última carrera de la temporada. Esta vez iba a ser diferente, pues el piloto escocés cruzó la línea de meta en primer lugar, resultado que le sirvió para conseguir lo que no pudo el año pasado. Jim Clark era el nuevo Campeón del Mundo de la Fórmula 1.
Al igual que Clark supo cerrar bien el año en 1963, también supo empezarlo de la mejor manera posible dos años más tarde. El 1 de enero de 1965, el día de Año Nuevo, Sudáfrica acogía la primera carrera de la temporada. Jim Clark ganó ese Gran Premio. ¿Quién iba a hacerlo sino él? Salió desde el primer cajón de la parrilla de salida, mantuvo el liderazgo durante toda la carrera y terminó en primera posición. John Surtees, piloto de Ferrari y vigente campeón, quedó en segunda posición. Jim Clark iba a ser el Campeón del Mundo de aquella temporada de 1965.
Tres años más tarde, en 1968, Sudáfrica abría de nuevo el campeonato de Fórmula 1 el día de Año Nuevo, esta vez en el circuito de Kyalami. Como no, Jim Clark ganó la carrera al volante de su Lotus. Era su vigesimoquinta y última victoria en la Fórmula 1. Superaba de esta manera el récord de 24 victorias que ostentaba el Pentacampeón del Mundo Juan Manuel Fangio. Tristemente, el 7 de abril de ese mismo año, Jim Clark, el piloto nacido en Kilmany, Escocia, perdió la vida a los 32 años en el circuito de Hockenheim durante una carrera del campeonato de Fórmula 2.
Qué años aquellos. Ahora sería impensable levantarse el 1 de enero, encender la televisión y ver como Verstappen, Leclerc y Hamilton pelean por llevarse el primer Gran Premio de la temporada. Los festivos de Navidad son para desconectar y pasarlos con los tuyos aunque, sinceramente lo digo, a mí no me importaría dedicarle un par de horitas a la Fórmula 1.
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