En el verano de 2009, Manchester United aceptó una oferta récord de 94 millones de euros del Real Madrid por los servicios del portugués Cristiano Ronaldo, el luso, portador de la mítica camiseta “7” del United, abandonaba Old Trafford como figura estelar, tras conseguir nueve títulos en seis años, incluyendo tres ligas y una Liga de Campeones. Su salida dejaba un vacío que Sir Alex Ferguson debía llenar en el mercado de fichajes.
La mente calculadora del escocés, lo llevó a tomar la decisión de no reemplazar directamente a Cristiano, es decir, no salir al mercado a buscar un sucesor, sino que en cambio prefirió dar ese rol de estrella a Wayne Rooney, de forma tal, que la estrategia de mercado, era darle profundidad al equipo fichando jugadores complementarios que pudieran aportar y acompañar a Wayne como nuevo punto de referencia de los diablos rojos. El United terminaría fichando al francés Gabriel Obertan, al veterano inglés Michael Owen y a un jugador ecuatoriano, extremo por derecha que llevaba tres temporadas siendo regular en el Wigan, el señor Antonio Valencia.
Antonio completó esa temporada con el United con siete goles y trece asistencias en todas las competencias, logrando esa conexión con Rooney que Ferguson tanto esperaba, adicionalmente fue reconocido con un puesto en el once ideal de la Premier League de la temporada 2009-2010. Desde ese momento, el “Toño” como se le llama afectuosamente, se ha convertido en un elemento constante en el Manchester United, teniendo grandes picos como su excelente 2011-2012, en donde fue escogido, tanto por los fans como por los propios jugadores como el Jugador del Año del Manchester United.
El paso del extremo al lateral
Más allá de cosechar éxitos individuales, Antonio siempre ha sido reconocido por su incuestionable compromiso con el equipo y aunque naturalmente siempre ha sido un extremo por derecha, fue capaz de jugar como lateral cuando Sir Alex Ferguson lo requería, ya sea por lesiones o por algún planteamiento táctico. Este suceso fue aislado al principio para transformarse en una realidad definitiva con la llegada de Louis van Gaal al Manchester United. El holandés vio que Valencia podía serle más efectivo jugando regularmente como lateral que como extremo. El experimento trajo resultados mixtos a Van Gaal en su primera temporada dirigiendo en Manchester y es por eso que en el siguiente año decidió ficharle competencia a Antonio, en la forma de Matteo Darmian, lateral proveniente del Torino. El italiano arrancó su tiempo en el United en el once inicial, aprovechando que durante la pretemporada, Valencia se unió tarde al grupo por jugar la Copa America 2015 en Chile. Matteo impresionó como lateral por derecha y jugó todos los partidos hasta que una dura derrota por 3-0 ante Arsenal en la jornada ocho de la Premier League forzó al holandés a emplear nuevamente a Antonio como defensa por derecha, esta vez de manera más definitiva.
Desde ese momento, el ecuatoriano fiel a la constancia que lo ha caracterizado en su tiempo en el United, se ha apoderado del puesto y aunque en el banquillo del conjunto inglés ya no está Louis van Gaal, el nuevo entrenador de los diablos rojos, Jose Mourinho, lo ha elegido como su primera opción en el flanco derecho de su defensa. La libertad y el estilo de juego vertical que ha impuesto el portugués en su United, no ha hecho más que beneficiar a Valencia de gran manera, teniendo un excelente arranque de temporada y elogios por parte de propios y extraños.
En Agosto de 2016, a sus 31 años, Antonio Valencia lleva más de una década jugando en el fútbol europeo de primer nivel en ligas como la española y la inglesa, un hecho del que no muchos jugadores pueden presumir. El ecuatoriano, al igual que su mentor Sir Alex Ferguson, ha logrado reinventarse para mantenerse relevante, eso habla del completo entendimiento que tiene sobre lo que significa ser un profesional, que el talento, no es nada sin disciplina, trabajo y compromiso. Estos son valores, que han mantenido, mantienen y mantendrán a Antonio Valencia jugando en la élite del fútbol y no es descabellado pensar, que lo mejor para Antonio está apenas por comenzar.