Es como un déjà vu. Real Madrid y Manchester City volverán a encontrarse bajo el telón de la Champions League. Es la cuarta temporada consecutiva en la que los técnicos de ambos clubes volverán a enfrentar sus pizarras en el tapete. En bucle.
Las semifinales de 2022 cayeron en manos de los blancos. Los ‘citizens’ se la devolvieron al año siguiente en la misma eliminatoria. El pasado curso el enfrentamiento fue un regalo anticipado. En el mes de abril se disputaron los cuartos y la plaza a las semis se la adjudicó el conjunto español. El ganador de todas estas eliminatorias resultó ser, en sus tres años consecutivos, el vencedor del trofeo de la Champions.
Con el nuevo formato, ambos gigantes se han visto desplazados de las plazas directas a octavos y el destino les enfrentará de nuevo para ganarse un billete que sale más caro que otros años. Uno de los dos quedará fuera de la competición en el mes de febrero, más de tres meses antes de que concluya el torneo. Suena a broma, pero no lo es.
Pep Guardiola intentará frotar la lámpara mágica de su testa para preparar un partido del cual ha manifestado que “ya parece un derbi”. Su equipo atraviesa el momento más complejo de su mandato y ganar al Real Madrid podría significar un punto de inflexión para terminar de recuperar su identidad y adentrarse en sus habituales dinámicas positivas que tanto echan de menos desde la lesión de Rodri. A pesar de esta etapa tan dudosa, Carletto ya tiene la ceja levantada. El técnico italiano sabe que no puede fiarse ni de Pep, ni del City ni de la Champions. Ante la posibilidad de cruzarse en el camino, ya declaró antes del sorteo que “no nos gusta jugar contra el City«.
Los blancos son líderes de LaLiga y a, pesar de no haberse mostrado demasiado convincentes en la presente campaña, su mejoría es notable. Más desde que Kylian Mbappé parece reencontrarse consigo mismo y otorgarle un valor extra al conjunto. Ancelotti jugará con el factor campo a favor y si alguien sabe los entresijos para salvarse siempre y no quemarse en el infierno, ese es el Real Madrid. Ya vimos antes esta película. En partidos donde el City fue claramente superior recurrió a la épica y a la magia negra para desbancar a los Sky Blues.
Sin embargo, la Champions es tan imprevisible que las etiquetas y porcentajes de favoritos son un chiste malo. El City desplegando su mejor juego quedó apeado por los blancos, desquiciándole. ¿Quién nos dice que este City que arrastra sus sombras y penurias no podría escribir un nuevo capítulo en la disparatada Champions y dejar fuera al vigente campeón a las primeras de cambio? Cojan palomitas, el espectáculo está servido.
