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Anair Lomba: “Ha valido la pena volver por acabar mi carrera aquí”

En el último programa de ‘EstrELLASaEscena’ estuvo con nosotros Anair Lomba, una de las grandes protagonistas de los últimos días tras anunciar su retirada del fútbol por culpa de las lesiones. Lo hace en el Espanyol, el equipo de su vida, después de haber recuperado una de sus mejores versiones y de soñar con devolver al club perico al lugar que le corresponde, la Primera Iberdrola. Colgar las botas para siempre no es fácil, pero más difícil todavía fue comunicárselo a su padre.

“La frase que me dice mi padre cuando vuelvo al Espanyol es: ‘Me dan pánico tus rodillas, no quiero que sufras más. No quiero una operación más, por favor’. Yo le prometí que no, que no habría más lesiones, que sería un año más y ya está. Que me iba a retirar y no iba a pasar absolutamente nada. Pero por el tema del covid y porque vivo aquí y demás (Barcelona), y mi padre trabaja fuera del país, hace tres años que no paso las Navidades en casa. Me lesioné el 15 de diciembre. Entonces llegar a casa por Navidad, contarle a mi padre que tenía razón, que me había lesionado, que en teoría tenía que pasar otra vez por quirófano y que tenía que dejar el fútbol, me parecía estropear unas Navidades que llevaba mucho tiempo esperando. Así que disimulé la cojera como pude, le dije que me afectaba el tiempo, y el lunes le mandé el enlace de la rueda de prensa. Se enfadó mucho, pero lo entendió y lo respetó”.

La trayectoria de ‘Lombi’ (como se le conoce en el mundo del fútbol) viene marcada por sus problemas con las lesiones. La primera de ellas fue en El Olivo, club vigués en el que despertó el interés del Espanyol, todo un clásico ya del fútbol femenino español. En 2011 pasó ocho meses fuera de los terrenos de juego tras pasar por quirófano, y en el club perico, además de superar un síndrome compartimental en el gemelo izquierdo, se rompió el cruzado. En el Valencia se rompió el isquio y de nuevo el cruzado. Esta vez ha sido el menisco y el cartílago, una gota que ha colmado el vaso.

“Soy una persona totalmente diferente. Una persona que valora todo lo que me dan. No entro en las charlas del vestuario, porque no comprendo que una jugadora ponga mala cara por ser suplente cuando hay personas como yo que matarían por ser suplentes. Y quiero seguir sin entrar. Estoy cerca del banquillo y algún gesto me tengo que comer, pero he jugado en barro, no me han dado unas botas hasta los últimos años. Los balones con los que jugaba eran durísimos, no tenía vestuario para cambiarme, que me dieran un coche me parecía una locura, irreal. Lógicamente el fútbol femenino ha crecido, se lo merece y tenemos que luchar por tener más, pero no valorar lo que tenemos me parece muy feo y de no ser agradecido con la gente que ha estado antes de nosotras”.

Valencia y Espanyol en el corazón

Cuando se rompió el cruzado en el Espanyol y sabía que no iba a seguir en el club, apareció el Valencia. “Estaba pasando un momento horrible, y se me acababa el contrato. No tenía muchas cosas que hacer, porque la gente no suele fichar a jugadoras lesionadas. Yo estaba entrenando a las 21:00 en la Ciudad Deportiva del Espanyol, y no tenía un readaptador para recuperarme… y me llama el Valencia, que había quedado tercero, me ofrece entrenar por las mañanas, un readaptador, y el fútbol profesional que siempre había querido. Fue una luz al final de un túnel que no se acababa nunca. Conocer a Marta, Sandra, Mapi, Peiró… para mí fue muy especial, el grupo de ese año fue espectacular. Quizá fue mi mejor año, porque acabamos quintas. Me trataron muy bien, me lesioné a final de temporada otra vez el cruzado y me lo respetaron, quisieron que siguiese un año más. Se portaron de diez conmigo. Fueron una parte fundamental de mi vida que creo que me hizo crecer muchísimo. Estoy muy agradecida con ellos”. El club che le dedicó un homenaje precioso el pasado fin de semana frente al UDG Tenerife.

Tras su salida del Valencia, Anair anunció su retirada. Sentía que no podía dar su cien por cien como futbolista si no sentía en otro club lo que sí sentía en el Espanyol. Su vuelta al club perico cambió las cosas. Fichó en el mercado invernal de la temporada 19-20, y pudo re-debutar en San Mamés. Poco después llegaría la pandemia. “Para mí ha valido la pena solo por acabar mi carrera aquí. El año que volví, que debuté unos minutillos en San Mamés y se acabó, si no me hubiesen renovado después del confinamiento ya habría merecido la pena, porque pude llevar la camiseta un partido más. Así que, si hubiera valido la pena por uno, imagínate por casi 50 más”.

¿Pero cómo se hace una gallega, natural de Vigo, tan amante del Espanyol y sus colores?

“Hay algo que recuerdo cuando era pequeña. Muchos partidos no se podían ver, pero sí se podían ver las finales de Copa del Espanyol por televisión. Los referentes que tenía eran del Athletic, que lógicamente no podía jugar allí por tradiciones, o del Espanyol. Me llegó la oportunidad del Espanyol, y me parecía una locura que un club con tanta historia me quisiera a mí, una chica perdida por Galicia. Aproveché la oportunidad, y de convivir con gente que lo siente tanto, que va al estadio, que lo vive como lo viven ellos… Yo nunca he sido mejor que nadie, pero sí que he corrido y he luchado más que nadie. Creo que eso es mucho del Espanyol, es una característica muy perica. Ellos me dieron mucho cariño y se me fue metiendo dentro. No lo elegí, me fue llenando y ahora no contemplo la vida en otro color”.

Es por eso que reconoce como su mayor dolor el hecho de acabar su carrera con el Espanyol, un clásico que ganaba Ligas y Copas, en Segunda División.Este descenso es lo que más daño me ha hecho sin duda en mi trayectoria. Tengo muchas cicatrices, pero esto es lo que más me duele. No tenía que acabar así la historia”. No obstante, confía en el equipo de cara al ascenso. “Creo que tenemos el mejor equipo de Segunda, pero no estaban llegando los resultados. Creo que Karpova y Adriana se han encargado de dárnoslo. Ningún equipo de Reto tiene la delantera que tiene el Espanyol”.

Las lesiones en el fútbol femenino

Es la pregunta eterna. ¿Por qué hay tantas lesiones graves en las futbolistas de Primera y Reto Iberdrola? Anair cree que en las mujeres es más común por su morfología. “Por desgracia, nuestras caderas son diferentes y nuestras rodillas también. Es algo prácticamente imposible de arreglar. Podemos cambiar césped, tacos y muchas otras cosas, pero el patrón de las mujeres no se puede. No hemos tenido suerte en ese aspecto. Sí que es verdad que se puede hacer trabajo preventivo con fisioterapeutas, preparadores físicos, readaptadores y demás para que esto se reduzca muchísimo, y el tema muscular es fundamental. Cuando volví a jugar tenía unos cuádriceps espectaculares que nunca había tenido (risas)”.

Muy reciente es el caso de Eva Navarro, que volvía después de una lesión grave de rodilla hace unas semanas y desgraciadamente recayó.Cuando vuelves de un cruzado no es bueno jugar tanto como lo estaba haciendo Eva. No quiero echarle la culpa ni mucho menos a eso, pero creo que hay un proceso de readaptación que hay que respetar en estos casos y más cuando es gente joven. Lo de Eva ha sido una lástima, le escribí en su momento por privado para desearle todo el ánimo y decirle que estaba aquí si necesitaba algún consejo o desahogo porque sé lo que está viviendo”.

También habló de Paula Nicart, que fue su compañera en el Espanyol y que en Sevilla ha vuelto a pasar por el quirófano (tercera vez en los últimos años) a principios de enero. “El caso de Nicart es diferente. Sus rodillas están bastante maltrechas como las mías. Hablamos muchísimo, hay gente que ha puesto por ahí que Nicart no me había dicho nada. Fue la segunda persona que se enteró que me tenía que retirar, así que dudas sobre mi relación con ella creo que no hay. Nicart ha tenido muy mala suerte. Trabaja más que nadie, era la primera en llegar para el trabajo preventivo, se cuida como la que más… Las rodillas no quieren que tenga continuidad. Pero en el Espanyol no se lesionó, fue el último sitio donde tuvo cierta continuidad. Estoy deseando volver a verla en el campo, disfrutar y fuera, que estoy deseando que me haga una visita”.

Para ‘Lombi’, las consecuencias de las lesiones de rodilla pueden ser fatales, hasta el punto de dejarla coja de por vida. Hoy he ido a la Mutua para informarme sobre la minusvalía. Pensaba que era un momento que no llegaría en mi vida, que las rodillas me dejarían secuelas, pero no es así. Al final todo pasa por algo”, ha desvelado en el programa. “Yo no habría jugado un partido menos ni un minuto menos. No sé vivir sin el fútbol. Me ha tocado quedarme coja, quiero pensar que no me voy a quedar así de coja. Por lo menos me han dado la buena noticia de que no voy a tener que utilizar prótesis de momento. Era algo que me aterrorizaba. En 10 años hablaremos, pero estoy en fase aguda. En el club me sigo tratando para recuperarme un poquito. Quiero pensar que no me voy a quedar así”.

Más de 15 años de carrera dan para mucho, y Anair echa la vista atrás y tiene en mente sus momentos más especiales: Me voy a quedar con los dos goles que marqué con el Olivo para ascenderlo a Primera ante el Girona. Del Valencia con el gol en el Ciutat, por supuesto. Y con el Espanyol tengo muchísimos, podría decirte uno en el campo, pero me quedo con el de fuera: lo que me demostraron el lunes pasado queda para siempre. He sido muy feliz con la camiseta dentro del campo, pero cuando te devuelven el cariño de esa manera es muy especial”. Te vamos a echar mucho de menos, crack.

Contenido patrocinado por Iberdrola

Imagen de cabecera: Getty Images y @Anair16

Alicante, 1991. Mi madre siempre me decía: "No sé por qué lloras por el fútbol, sino te da de comer". Desde entonces lucho por ser periodista deportivo, para vivir de mis pasiones (y llevarle un poco la contraria).

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