El anuncio de la marcha de Honda al término de 2021 ha sido algo casi inesperado por todos. En Red Bull afirman saberlo de hace tiempo, pero para el resto del mundo de la Fórmula 1 ha cogido de improvisto. El motorista nipón cerrará un corto período, con muchas más penas que alegrías, sin lograr su ambicioso objetivo de ser campeón del mundo.
Tras sus nefastos tres años de relación con McLaren, se subieron al barco de Red Bull. La marca de bebidas energéticas ha estado encantada con ellos durante este tiempo. Como en toda relación, existen roces y encontronazos, pero en líneas generales han demostrado ser una buena unión que se complementa. Red Bull encontró en ellos un motorista centrado en su estructura y Honda ha tenido un fabricante competitivo al que suministrarle el motor. Además, los resultados llegaron pronto.
Tras un 2018 de pruebas en Toro Rosso, montaron el motor en el monoplaza del primer equipo y lograron tres victorias y nueve podios con él. Para más alegría, la primera victoria fue en el circuito propiedad de Red Bull. Cuando se consiguen los resultados la relación va mucho mejor y eso se ha visto en este caso.
Tal era la confianza en el motor Honda, que Verstappen supeditó su renovación con el equipo al motor Honda. Firmó hasta 2023, pero con la condición de que, si Honda se iba, él quedaría libre. Con este inesperado anuncio los cimientos del equipo empiezan a tambalearse.
A esta marcha hay que sumarle que para 2022 el diseño de los monoplazas cambia drásticamente, por lo que es crucial saber qué motor van a llevar cuanto antes, y el hecho de que ninguno de los tres suministradores que quedan quiere darle su unidad de potencia. Por normativa, le corresponde a Renault, pero con ellos es con quien peor se llevan. Su relación acabó muy mal a pesar de haber ganado cuatro mundiales con ellos y los puentes entre ambos están derruidos. Sembraron vientos y, si se ven obligados a firmar con Renault, recogerán tempestades.
La otra opción, que es la que veo más factible para Red Bull, es comprarle a Honda toda su estructura encargada de diseñar el motor y empezar a fabricar el suyo propio en base al japonés. En primer lugar, porque los austriacos son muy orgullosos y volver con Renault tras cómo acabaron seguro que es la última de las opciones para ellos. Seguro que se plantean irse antes que volver con los galos. En segundo lugar, porque con Renault teniendo equipo propio no pueden competir en igualdad de condiciones con ellos.
El ejemplo más claro lo tenemos con McLaren y Honda. Ron Dennis sabía que, con Mercedes en la parrilla, no ganarían llevando el mismo motor que ellos. Por ello, decidió abandonar la marca alemana para embarcarse con Honda. Salió mal, pero si hubieran llevado motor Mercedes habrían estado condenados a no ganar.
Por ello, seguro que en Red Bull tienen muy presente la opción de comprarle la estructura a Honda. Sería un desembolso brutal de dinero, pero más asumible tras la llegada del tope presupuestario a la Fórmula 1.
Como todo proyecto, esto supondría un riesgo enorme. Otra de las opciones posibles es una marcha forzada de la categoría a finales de 2021, lo cual sería un varapalo tremendo para este deporte. La salida de dos equipos, Red Bull y Alpha Tauri, dejaría a la parrilla con solo ocho escuderías. La Fórmula 1 no se lo puede permitir.
Por todo lo que llevo comentado hasta este momento, creo que llega un tsunami a la Fórmula 1. Quizás Chase Carey se olía todo esto y por eso dejará de ser presidente de la competición a final de año. Y no solo pienso que viene un tsunami por el caso de Red Bull y Honda.
El nombre de Renault, un histórico de la competición, dejará de estar presente en 2021 para dar paso a Alpine. En Mercedes, tras ganar todo lo habido y por haber, parece que se plantean una marcha como constructor para quedar solo como motorista. De las únicas buenas noticias es que Aston Martin renombrará a Racing Point. El resto es poco esperanzador con Ferrari sin encontrar un rumbo claro y Williams hundido en el último puesto.
La firma del Pacto de la Concordia aseguraba la presencia de los diez equipos hasta, al menos, 2025. Pocas semanas después de la firma el presidente se marcha y ya hay dos equipos que se empiezan a plantear la posibilidad de salir en 2021. Este acuerdo dio tranquilidad, pero parece que fue un breve instante de calma para dar paso a una tempestad.
La Fórmula 1 no termina de salir de un gran problema y empieza a aparecer otro en el horizonte. Quizás ha saltado por el lado menos esperado en este momento, el de Honda, pero ha comenzado. Manejar esta situación se antoja muy complicado. Esperemos que este tsunami que puede llegar solo se quede en una falsa alarma.
Imagen de cabecera: Lars Baron/Getty Images
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