Cuando todos los demás jugadores del equipo de fútbol americano Pittsburgh Steelers se quedaron el domingo en el vestuario mientras sonaba el himno nacional, un hombre se situó firme mirando a la bandera.
Era Alejandro Villanueva, hijo de padres españoles y ex militar, veterano de la guerra de Afganistán.
El deportista, de 29 años, más de dos metros de altura y cerca de 150 kilos de peso, se convirtió así en una estrella para todos los que, como el presidente Donald Trump, creen que ninguna causa justifica una protesta mientras suena el himno nacional.
Muchos vieron a un hombre desafiando a los jugadores de fútbol americano que protestan estos días contra el mandatario.
Ante esa interpretación y la cercanía ideológica al presidente que algunos medios le atribuyeron por ello, Villanueva decidió salir ante la prensa para pedir perdón.
«Hice quedar mal a mis compañeros y es mi culpa, solo mi culpa«, manifestó el deportista el lunes. «Cada vez que veo esa foto de mí, yo solo, me siento avergonzado«, dijo.
Trump ha abierto una guerra contra algunos los jugadores de fútbol americano, predominantemente negros, que hincan la rodilla en el suelo en señal de protesta contra el racismo mientras se escucha el himno en el campo antes del arranque del partido.
El viernes pasado llamó «hijos de puta» a Colin Kaepernick, que comenzó hace un año a hacerlo, y a todos los que siguieron el ejemplo del entonces mariscal de campo de los San Francisco 49ers.
Las palabras de Trump abrieron una guerra con la NFL, donde durante el pasado fin de semana fueron muchos más de los habituales los que protestaron con la rodilla en el suelo, entrelazando brazos o quedándose en el vestuario.
Ante los periodistas, Villanueva explicó por qué él fue el único jugador de los Pittsburgh Steelers que, con la mano derecha en el corazón y la izquierda sujetando el casco, escuchó firme el domingo el himno estadounidense. Su intención, aseguró, no fue descalificar ni a sus compañeros ni a quienes protestan durante el himno.
En medio de las protestas del fin de semana del mundo del deporte tras la palabras del viernes de Trump y sus ataques en Twitter, el entrenador pidió a los jugadores que acordaran una postura conjunta como equipo para cuando el domingo sonara el himno nacional.
Ante las divergencias frente a ello, la decisión fue no salir al campo y que cada uno, fuera de la vista pública, actuara como quisiera durante esos minutos.
La intención de Villanueva, ex militar graduado en West Point, no era salir del túnel durante el himno, pero lo hizo sin darse cuenta para ver la bandera y entonces comenzó la música y se puso firme.
«Desafortunadamente, vendí a mis compañeros, sin intención«, lamentó después de que la fotografía haya sido publicada en numerosos medios estadounidenses y celebrada en las redes sociales por quienes califican de falta de respeto las protestas.
«Alejandro Villanueva, héroe de la NFL», tituló el conservador «Washington Times». En las 24 horas siguientes a esa imagen, la venta de su camiseta oficial batió todos los récords de la NFL en su web comercial, según ESPN.
El deportista expresó dudas en el pasado sobre la actitud de Kaepernick, aunque también apoyó la causa del jugador.
«Estoy de acuerdo en que América no es perfecta. Estoy de acuerdo en que hay un montón de problemas con las minorías en este país. Estoy de acuerdo en que debemos hacer algo. Pero no sé si el camino más efectivo es sentarse durante el himno nacional de un país que está proporcionándonos libertad«, dijo hace un tiempo.
El lunes dejó claro que pese a esas dudas, no se opone a la protesta. «La gente que está arrodillándose no está diciendo nada negativo sobre el Ejército, no están diciendo nada negativo sobre la bandera, está solamente intentando protestar por el hecho de que hay algunas injusticias en América«, manifestó.
En Estados Unidos, bandera e himno son símbolos sagrados y el patriotismo, uno de los valores más importantes de su sociedad.
Mientras en la NBA juegan conocidos baloncestistas españoles, Villanueva es el único deportista español que lo hace en la NFL.
Llegó en 2014 a los Steelers, donde cuenta con un contrato de 24 millones de dólares. Antes jugó para los Philadelphia Eagles.
El derribador ofensivo, que acaba de celebrar su cumpleaños el pasado día 22, nació en la base naval de Meridian, en Estados Unidos, pero pasó su infancia en el Andalucía, en el sur de España. Luego vivió en Bélgica, donde fue destinado su padre, militar, en dependencias de la OTAN.
Fue en ese país europeo en el que entró en contacto con el fútbol americano. Luego regresó a Estados Unidos, donde se graduó en la academia militar de West Point. Y de ahí pasó cerca de tres años en Afganistán. Su actuación en la guerra en el país asiático le valió ser condecorado con la Estrella de Bronce.
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