En el último programa de EstrELLASaEscena charlamos con una de las grandes protagonistas de la temporada en Reto Iberdrola y leyenda del fútbol femenino español. Una Adriana Martín que regresó al club perico 12 años después para luchar por devolverlo a la Primera Iberdrola.
“La verdad es que no me lo pensé mucho. El Espanyol siempre ha sido el club donde me sentía como en casa, el club de mi corazón. Es el club que quiero. De hecho, en verano estuvimos hablando para incorporarme al equipo otra vez, pero por temas de plazos tuve que firmar con la Lazio. Dijimos de hablar en el mercado de invierno, a ver si se podían retomar esas conversaciones. Y dicho y hecho”, cuenta Adriana, que llevaba en el conjunto romano desde verano de 2020 y era una pieza clave del equipo, asumiendo incluso responsabilidades como capitana.“Para la Lazio fue complicado, porque en la situación en la que estábamos (son penúltimas ahora mismo en Serie A), yo sintiéndome importante, siendo una de las capitanas del equipo… Para mí era un honor llevar el brazalete en un club extranjero, con muchas jugadoras de allí, fue algo que no me esperaba. Además, me nombró capitana una de las leyendas del fútbol italiano para mí como es Carolina Morace”.
Adriana está viviendo una segunda juventud a sus 35 años. Desde su llegada al cuadro perico ha marcado seis goles, tres de ellos en las tres últimas jornadas. Dos llegaron en el tiempo de añadido para rescatar puntos para el Espanyol, como el que firmó ante el Barça B en la pasada jornada. “Al principio decía que estaba muy feliz de regresar a casa, pero ahora lo estoy pasando muy mal, porque esto de empatar en el minuto 97, de sacar los partidos así.. está pudiendo conmigo (risas). Estamos sufriendo mucho, pero tenemos la suerte de tener un grupo buenísimo, un vestuario que tiene claro el objetivo, sabemos a dónde queremos ir y aunque tengamos que remar a contracorriente no nos rendimos”.
Mucho han cambiado las cosas en el Espanyol, coincidiendo también con el regreso de Adriana. El conjunto perico ha pasado de estar muy descolgado de la cabeza a ser líder y principal candidato a ascender a Primera. “Estamos en una dinámica muy positiva, es verdad que estamos perdiendo algunos puntos, o contra el Barça ganando uno en el último minuto. Pero estamos muy concentradas y muy seguras de lo que queremos. Cuando nadie daba un duro por nosotras porque estábamos lejos, el resto de equipos han perdido puntos y les está pasando factura. A nosotras nos ha venido bien y ha sido una motivación extra. Creo que ahora tenemos las cosas más claras, y tenemos también la suerte a nuestro favor. Lo que antes no entraba ahora sí”.
La famosa competitividad del grupo Norte la está viviendo la propia Adriana en sus carnes. Por subir a Primera División están luchando Espanyol, Levante las Planas, Osasuna, Deportivo y DUX Logroño. Todos en apenas tres puntos (y el AEM a solo cinco de la cabeza). La creación de la 1ª División RFEF femenina a partir de la próxima temporada contempla un grupo único, algo que demandaban muchas jugadoras.
“Es lo correcto. Al final, la idea es competir con toda España. El grupo Sur también hay equipos con mucho nivel, pero lo del grupo Norte es una barbaridad. Auténticos equipazos. Hace poco empatamos con el Pradejón, nos costó ganar al Sporting que va último… Lo lógico es hacer una única liga nacional. Yo haría como el masculino, suben tres y bajan tres. Quizás antes no se podía hacer porque no había tantos equipos o no estaban tan preparados como ahora. pero ahora sí”, explica Adriana.
La vista atrás
La delantera aragonesa cuenta con un palmarés envidiable, con tres Ligas y dos Copas del Rey, todas ganadas con Espanyol y Rayo Vallecano. Ambos clubes eran la envidia del fútbol femenino español entre 2005 y 2011. Hoy el primero está en Reto y el segundo confirmó su descenso matemático el pasado fin de semana tras 19 temporadas consecutivas en la élite.
“No te voy a decir que lo han dejado morir, pero quizá no se han preocupado demasiado de una sección femenina que es histórica en nuestro fútbol y que le ha dado tantas alegrías al Rayo. Yo también lo sufrí en mis carnes, fue una época complicada con los Ruiz-Mateos, de problemas económicos. Te prometían una cosa y nunca llegaba. Me da mucha pena, sinceramente, porque he hablado con una compañera del Rayo y casi todo lo que me contaba eran penurias. Me da pena que un club como el Rayo esté en esa situación y espero que se den cuenta de que una institución como el Rayo tiene que estar en Primera sí o sí”, cuenta Adriana, que reconoce que se le pone la piel de gallina cuando recuerda el descenso del Espanyol.
“Son malos recuerdos, de esos que nunca quieres vivir. Es que el Espanyol nunca puede estar en Segunda División. Tiene que estar siempre entre los mejores. En su momento lo ganó todo, y evidentemente ahora hay otros equipos con más medios y te pasan por encima, pero el Espanyol tiene que estar siempre en Primera y no de cualquier modo, peleando por cosas importantes. Fue muy triste para los que queremos a este club, un momento en el que más de una derrochamos lágrimas. Pero si tenemos algo es que nunca nos rendimos. Igual que el masculino, hay que pelear por volver rápido y es lo que estamos haciendo ahora mismo”. Ojo, porque Adriana apostó en EstrELLASaEscena que se tintaría el pelo de blanquiazul en caso de ascenso. “Yo con tal de subir hago lo que sea”.
De su época hasta ahora, ha notado un cambio considerable en el fútbol femenino español. Ella, que tuvo que marcharse a Inglaterra y a Estados Unidos para labrarse un futuro, ahora siente que España es precisamente el lugar al que muchas futbolistas quieren ir. “Ahora somos la envidia de todas. Cuando hablas de España todas quieren venir, se conocen a todas las jugadoras. Cuando queríamos sentirnos jugadoras profesionales nos teníamos que ir a Estados Unidos o Inglaterra. Ahora son las de fuera las que quieren venir a España. Estás jugando en Italia y te preguntan qué puedes hacer para ir a España. Pues lo primero ser buena, sino olvídate. El fútbol femenino ha crecido mucho en España y se ve jornada tras jornada. El nivel es más alto”.
Por supuesto, la espinita que tiene de su dilatada carrera es la de no haber jugado un Mundial. España se clasificó al primero de su historia en Canadá 2015, y ella fue la máxima goleadora de la fase previa y acabó en el podio de máximas anotadoras de la Primera Iberdrola junto a Sonia Bermúdez y Maripaz Vilas. Quereda no la incluyó en la lista, tampoco a Maripaz. “Hay cosas que una no se explica, que no están en tus manos. Una intenta siempre dar lo mejor de sí, no solo para la Selección, también para una misma. Yo he tenido suerte de jugar 11 años en la Selección, de portar el brazalete. Y es una de las cosas más bonitas que me llevo. Cuando das todo de ti para estar ahí, incluso los números… si es algo que se te escapa, no puedes hacer nada. Jugué la Eurocopa y para mí es algo precioso. Imagínate lo que habría sido jugar un Mundial”. Otro del que se quedó a las puertas fue el de 2011, en Alemania. España necesitaba ganar a Inglaterra en Aranda de Duero, y lo hacía por 2-0 con goles de la propia Adriana y Soni. Pero las inglesas acabaron empatando, arrebatando el sueño a las nuestras. “Y además casualmente siempre era con Inglaterra. Cuando nos tocaban decíamos: ‘Joder, otra vez nos van a ganar’. Teníamos una tortura con ellas. Para nosotras eran imbatibles, y eso que nos poníamos por delante en el marcador o jugábamos mejor que ellas en algunos momentos… Hay equipos que se atragantan, e Inglaterra era nuestra espinita”.
Ahora siente envidia sana por la Selección, confirmada como una de las candidatas al título en la próxima Eurocopa.“Ojalá haber nacido un poco más tarde (risas). Tienen equipazo, todo para ganar. Desde aquí estamos súper orgullosas de lo que están haciendo. Con envidia sana porque están viviendo un momento precioso. Yo viendo cómo juegan y con la actitud que van… cualquiera de las grandes como Alemania, Francia o Inglaterra deberían tener miedo a lo que les viene, porque llegan muy preparadas”.
Alicante, 1991. Mi madre siempre me decía: "No sé por qué lloras por el fútbol, sino te da de comer". Desde entonces lucho por ser periodista deportivo, para vivir de mis pasiones (y llevarle un poco la contraria).
