El árbitro de 21 años, Jesús Tomillero, está viviendo una pesadilla a causa de unos individuos que no han evolucionado. El colegiado arbitraba un partido entre alevines del CD La Salle y el Atlético Zabal cuando señaló un penalti. La decisión podría ser acertada o no pero lo que desencadenó debería llenar de vergüenza a todo el país.
Primero fueron gritos desagradables como: «Vete a Gran Hermano chula» o «retírate, que hay que ser maricón». Lamentablemente, en un campo de fútbol todo personaje involucrado recibe insultos sea futbolista, entrenador, árbitro… nadie se libra. Es deplorable pero es la realidad.
Pero esta vez han ido más allá. El joven árbitro ha recibido amenazas de muerte en las redes sociales con fotos muy desagradables por parte de varios usuarios. Ya lo ha denunciado y los cuerpos de seguridad del estado han tomado las medidas necesarias para garantizar su protección. En pleno siglo XXI aun hay muchos individuos por evolucionar y no hay derecho para que martiricen a una persona que intenta cumplir su sueño desde los diez años: ser árbitro de fútbol.
Jesús ha sido invitado a un acto del LGTB (Colectivo que lucha por los derechos de Lesbianas, Gays, Bisexuales y personas Transgénero) en Barcelona pero duda si acudir o no debido a las fuertes amenazas recibidas. Ojalá esta historia tenga un final feliz, Jesús pueda seguir cumpliendo su sueño y quien haya cometido un delito sea castigado como corresponde.