La Premier League ha elegido a Sadio Mané como mejor jugador del mes de septiembre y la mitad del mes de agosto desde que comenzó la competición. Sin embargo, para los aficionados reds, y sus votos así lo han determinado, el mejor jugador del mes ha sido Adam Lallana. El Manchester City de Guardiola ha ganado todos sus partidos pero el Liverpool de Klopp se ha mostrado como uno de los equipos más competitivos.
«Lo importante no es su actuación sino que siempre tiene la misma actitud y realiza un gran trabajo. Le gusta entrenar y trabajar. Es fundamental en la presión». El técnico alemán es un enfervorizado fan del Rock and Roll y así ha definido su fútbol en diversas ocasiones. Un entrenador que ama la presión en campo contrario, el juego por bandas, la velocidad y el contraataque. Adam Lallana no es el más rápido, ni el más fuerte, pero su trabajo y polivalencia han enamorado a su técnico.
“Puede jugar en varias posiciones, es muy inteligente. Desde que estoy aquí cada vez es mejor”. Jürgen Klopp aprovecha cada conferencia de prensa para elogiar al espigado jugador londinense. Lo utilizó en repetidas ocasiones en la banda derecha cuando arribó en Anfield hace casi un año y trató de plasmar el 4-2-3-1 que frecuentaba en Dortmund pero sin un gran éxito. Lallana no es un futbolista que destaque por su velocidad y su tendencia natural es acercarse al centro de la acción para asociarse con los Coutinho, Firmino o Sturridge.
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También lo probó en la media punta y su rendimiento mejoró pero el crecimiento llegó con el cambio de formación. El esquema no funcionaba como antaño, las características de los jugadores no son las mismas que las del Borussia Dortmund y optó por cambiar al 4-3-3 en el que Lallana se emplearía como interior. Y ahí sí que ha rendido como se esperaba desde su millonaria llegada desde Southampton. Con Brendan Rodgers no mostró todo su potencial y las primeras pruebas de Klopp recordaban al apático Liverpool de Rodgers en lugar del vertical BVB de Klopp. El Rock and Roll no sonaba y los bajos no afinaban. Hasta el mencionado cambio.
Desde octubre de 2015 -firma de Klopp como técnico red– ningún otro jugador ha participado en más partidos de Premier League que Lallana (32). Por supuesto, en las grandes citas, su participación no está puesta en duda. Una relación padre-hijo. Desde que llegó Klopp buscó obtener el mejor rendimiento de sus mediapuntas y tanto Lallana como Coutinho y Firmino han sido los jugadores más destacados. Ahora el Liverpool ha crecido, Klopp ha podido confirmar la plantilla a su gusto y quiere ganar títulos. El alemán tiene una nueva misión para Lallana; ser uno de los jefes de la banda, dar un paso al frente, y hacerse con el mando en el eje central para dominar los partidos al lado de Henderson.
Ya sea como interior, como mediapunta, como jugador de banda e incluso podría hacerlo como mediocentro si el partido requiere una épica remontada. Adam Lallana es un verdadero multisusos, la prolongación de Jürgen Klopp en el terreno de juego. El primer jugador que va a la presión, que ayuda defensivamente en el centro del campo, que puede desbordar por banda, botar jugadas a balón parado, que no levantá la voz si encadena varios encuentros como suplente y con llegada al área desde segunda línea aprovechando los huecos que abren los extremos. Jürgen ordena y Adam ejecuta.