Enrique JULIÁN GÓMEZ – Ya inmersos en la segunda vuelta de campeonato, las buenas sensaciones continúan brillando por su ausencia en la ciudad de Milán. Ninguno de los dos lados futbolísticos de la ciudad tiene excesivos motivos para sonreir en una temporada difícil para ambos en la que los problemas se les multiplican con el paso del tiempo. Mientras el Inter continúa enfrascado en una espiral negativa de difícil salida, el Milan, con los problemas de siempre durante los últimos tiempos, esta vez sí está sacando los partidos adelante con Seedorf. Con más pena que gloria, eso sí.
El caso del Inter es especialmente doloroso. El extravagante episodio sucedido durante la semana, con el no intercambio de Guarín y Vucinic con la Juventus, las protestas de los tifosi y el papel de Thohir se une a una situación deportiva camino del desastre. Desde el 9 de noviembre, el Inter solo ha ganado un partido, precisamente el derby contra el Milan justo antes de Navidad, ya tiene los puestos de Champions League a 11 puntos de distancia e incluso ve peligrar los puestos europeos con equipos como Torino, Parma y Verona que le pisan los talones.
El partido contra el Catania ha sido una piedra más en el muro que se está construyendo el Inter y que impide su propio avance. Con el ambiente enrarecido provocado por la Curva Nord coreando de manera insistente contra la directiva del club, especialmente dirigidos al director general Fassone -también alguno a Moratti-, y con Thohir al borde de la somnolencia en el palco, el equipo se embarró una vez más, esta vez contra el colista. Partiendo de un mediocampo, formado por el veterano Cambiasso y el mediocre Kuzmanovic, incapaz de mover con criterio el balón, el equipo no funcionaba, ni siquiera a través de Nagatomo y Jonathan, los puñales en banda que suponen cierto desahogo al juego del Inter. Mazzarri ya no encuentra excusas -la última, sobre la supuesta inexperiencia de la plantilla- para justificar una tendencia en caída libre que no parece tener freno.
En el otro lado, el Milan de Seedorf, pese al cambio de sistema, continúa generando las mismas dudas que con Allegri, algo bastante previsible por otra parte. En su debut venció de penalty al Verona, fue eliminado por Udinese de la Coppa y remontó de manera milagrosa en Cagliari en su primera semana de trabajo. El equipo controla los partidos mediante lentas posesiones poco productivas y en defensa los errores -en Cagliari entre Amelia y Bonera completaron el cupo- continúan lastrando en exceso sus opciones.
De todas maneras, Mario Balotelli parece que, con Seedorf como 'tutor', se está reencontrando a sí mismo como líder del Milan –tres goles en tres partidos– y Honda, pese a pecar de excesiva imprecisión, aporta un importante dinamismo e imaginación al ataque rossonero. Además, el equipo enlaza dos victorias consecutivas en Serie A, algo que no conseguía desde el pasado mes de mayo y se sitúa noveno en la clasificación a solo cinco puntos de puestos europeos. Quinta posición que marca precisamente el Inter. ¿Trayectorias cruzadas?
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