(Photo by Alex Livesey/Getty Images)
Cuando el Arsenal se interesó por Andrey Arshavin, el mejor jugador ruso del momento, no pudo imaginar lo que sufriría por hacerse con su fichaje. Y es que detrás de todo estaba nada menos que el mismísimo Vladimir Putin.
Así lo cuenta Jon Smith, representante de jugadores, en su autobiografía. En el verano de 2009 comenzaron las negociaciones por el que por entonces era jugador del Zenit de San Petersburgo, equipo del que Putin era aficionado. El propio Ársene Wenger se puso al frente de las mismas para que la operación llegara a buen puerto.
En un principio Arshavin llegaría al Arsenal por alrededor de 8 millones de euros, pero Putin intervino y el Zenit rechazó la oferta. Tuvo que intervenir un magnate ruso, Alisher Usmánov, que contaba con el 30% de las acciones del Arsenal. Utilizó sus contactos a espaldas del club gunner y logró que finalmente, tras tres meses de duras negociaciones, el fichaje se cerrase por el doble (16,5). Smith tuvo que abonar de su bolsillo 1,2 millones.
Arshavin marcó 31 goles en 145 partidos con el Arsenal y no dio el rendimiento que se esperaba de él. Acabó de nuevo en el Zenit, tres años después, a coste cero. Fue apoderado de Putin en las elecciones presidenciales rusas.